Otra vez Marte nos sorprende con algo que parece tener de sobra: rocas rarísimas y difíciles de explicar.
El rover Perseverance andaba por Broom Point, en la ladera de Witch Hazel Hill, cuando se topó con una roca rarísima.
La roca parece un montón de huevitos de rana pegados. Son esferitas grises, de un milímetro cada una, apretadas en grupo.
Los científicos la llamaron St. Pauls Bay. Dijeron que es “impactante”. No hay nada parecido cerca. Nadie sabe de qué está hecha ni cómo se formó.
En la Tierra, formaciones así se llaman botrioidales. Son comunes y sabemos bien cómo se crean.
Pero en Marte, puede que el proceso sea distinto. Esta roca ni siquiera se parece tanto a las de acá, como la ágata uva o la hematita.
Otra forma de que se formen esferas chiquitas es cuando la roca fundida se enfría muy rápido. Eso puede pasar en impactos de meteoritos o con actividad volcánica.
En Marte ya han encontrado otras rocas redondas. Las “blueberries” son esferas de hematita que se forman con agua.
En el cráter Jezero también hay rocas “popcorn”, que también se cree que se hicieron con agua.
El rover Curiosity encontró esferas parecidas en el cráter Gale, y también podrían haberse formado con agua.
Pero lo de St. Pauls Bay es un misterio total. No se sabe ni de dónde salió.
Es lo que llaman una “roca flotante”: no está unida al suelo, así que vino de otro lado y quedó ahí.
Como no sabemos de dónde viene, tampoco sabemos si se hizo por fuego o por agua. Ese dato es clave para entender su origen.
Desde órbita, vieron una capa de roca oscura cerca que podría ser su lugar de origen.
Ahora solo falta que el Perseverance se acerque un poco más y le eche un buen vistazo.
