El cambio climático va a tener una serie de consecuencias imprevistas. Una de ellas será, al parecer, un aumento en la frecuencia de los arcoíris en todo el mundo. Hasta un 5% más para el año 2100. La investigación ha sido publicada en Global Environment Change.
Investigadores de la Universidad de Hawai (UH) en Manoa modelaron los efectos menos obvios del cambio climático. Usando imágenes de múltiples fuentes, y datos climáticos globales encontraron que alrededor de 21% a 34% de las áreas terrestres verán menos ‘días de arcoíris’.
Sin embargo, entre un 66% a 79% verán un aumento en el número de arcoíris a medida que el mundo se calienta. La intención del equipo es ver cambios menos tangibles como este en las predicciones del cambio climático para resaltar cuánto podría cambiar nuestro mundo natural.
El trabajo
Los pronósticos se hicieron estudiando decenas de miles de fotos de arcoíris disponibles públicamente en el sitio para compartir fotos “Flickr”. Las imágenes con ubicación registrada fueron comparadas con mapas de precipitación, cobertura de nubes y el ángulo del Sol.
Luego, el equipo usó estos datos para entrenar un modelo a fin de predecir cambios en el clima global en los próximos años. Descubrieron que las áreas con poblaciones más pequeñas, en elevaciones y latitudes más altas, como la meseta tibetana, tendrían más días de arcoíris. Este también sería el caso de las islas como Hawái debido a su topografía.
«Esto se debe a que el terreno de la isla eleva el aire durante las brisas marinas diarias, lo cual produce lluvias localizadas rodeadas de cielos despejados que dejan entrar al Sol para producir los majestuosos arcoíris», explica Steven Businger, científico atmosférico de UH.
Por otro lado, se espera que las áreas densamente pobladas y presumiblemente con smog, junto con las áreas proyectadas para tener más días secos y menos precipitaciones en general, vean menos arcoíris. Este es un recordatorio de lo que todos podemos perder.
Importancia
Los investigadores no discutieron sobre cómo tales cambios en la frecuencia de los arcoíris podrían afectar nuestras actitudes o bienestar. No obstante, sí hablaron sobre la larga historia compartida que tenemos con los arcoíris que han infundido la cultura humana en todo el mundo.
Asimismo, consideraron la conexión que fenómenos como el arcoíris establecen entre el hombre y la naturaleza. Parte del desafío de enfrentar con éxito la crisis climática es hacer que las personas se preocupen lo suficiente por su entorno natural como para querer protegerlo.
Los autores quieren ver un mayor enfoque en las partes de nuestro sistema de la Tierra que no se pueden tocar o cuantificar fácilmente. Sobre todo si aquellas partes podrían afectar nuestro bienestar y sentido de conexión de maneras más sutiles.
«El cambio climático producirá cambios generalizados en todos los aspectos de la experiencia humana en la Tierra», indica Carlson. «Los cambios en las partes intangibles de nuestro entorno, como el sonido y la luz, son parte de estas variaciones y merecen más atención por parte de los especialistas».
Al menos en este caso, los hallazgos generales son alentadores. Todo indica que las personas tendrán más oportunidades de hacer una conexión con los arco iris bajo el cambio climático.