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La luz azul de los smartphones podría no ser el causante de insomnio

El uso de pantallas parece estar afectándonos de alguna manera, pero la luz azul no es la culpable. / Pixabay

La preocupación por el impacto en el sueño que tiene la luz azul emitida por las pantallas de los teléfonos inteligentes ha sido un tema recurrente en la última década. Sin embargo, una revisión de 11 estudios internacionales, publicada en Sleep Medicine Reviews, no encontró evidencia de que la exposición a la luz de las pantallas momentos antes de dormir dificulta conciliar el sueño.

Stuart Peirson, profesor de neurociencia circadiana en la Universidad de Oxford, explicó que «la evidencia de que el uso de teléfonos inteligentes cerca de la hora de dormir afecta el sueño y los ritmos circadianos no es sólida».

 

El origen de todo

En 2014, una investigación de la Universidad de Harvard originó los temores sobre la luz azul. En ella se probó que los dispositivos emisores de luz pueden afectar el sueño, indicando que su uso antes de dormir retrasa el sueño en un promedio de 10 minutos

No obstante, para el estudio los participantes debían leer en un iPad con el brillo al máximo durante cuatro horas antes de dormir, una situación poco común en la vida real. Peirson destaca que las respuestas del sueño y los ritmos circadianos a la luz dependen de la intensidad

Las pantallas, aunque más brillantes que antes, siguen siendo mucho menos intensas que la luz solar y las bombillas LED domésticasPreocuparse por la supresión de la melatonina debido a las pantallas es menos relevante en comparación con la iluminación eléctrica en el hogar.

Aunque algunos creen que las pantallas son un riesgo mayor porque miramos directamente a ellas por horas, los teléfonos modernos cuentan con brillo adaptable para reducir el deslumbramiento en habitaciones oscuras.

 

Otros factores

Además, el contenido que se consume es probablemente más importante.  Leer correos electrónicos de trabajo puede generar ansiedad, una causa conocida de insomnio. Por otro lado, el “doomscrolling” en redes sociales puede reducir la calidad del sueño.

Asimismo, los niños son más sensibles a la luz azul, pero la diferencia en el impacto entre el uso interactivo y pasivo de las pantallas sugiere que el problema no es solo la luz. 

Por eso, los expertos recomiendan la regla «20-20-20»: cada 20 minutos, mirar un objeto a 20 pies de distancia durante 20 segundos para evitar la fatiga ocular. Aun así, quizá sea mejor mantenerse alejado de las pantallas por la noche.

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