Alista tus zapatillas más cómodas, ropa holgada, el smart watch y prepárate para salir a caminar, que tenemos el número óptimo de pasos diarios necesarios para una vida longeva. Y no, no son 10 000.

No te asustes, el número es bastante menor y por lo tanto, más accesible, especialmente para quienes llevan una vida sedentaria.

Hechos para caminar

Un equipo de científicos analizó los datos de decenas de miles de personas en cuatro continentes compilados entre 15 estudios existentes y, llegó a la conclusión de que el número óptimo está cerca de los 7000 pasos por día.

Sin ánimos de sonar como gurús de la longevidad, nuestros cuerpos están hechos para apreciar una buena caminata. Desde que nuestros antepasados se pusieron de pie, la evolución ha perfeccionado nuestra fisiología para caminar largas distancias. Mientras avanzamos, con movimientos mecánicos perfectamente sincronizados, nuestro metabolismo, estado cardiovascular, el impacto en nuestros huesos y músculos, e incluso nuestra salud mental están sintonizados con nuestros pasos.

Por lo tanto, aprovechar casi cualquier tipo de paseo será de gran utilidad para nuestro bienestar: nos ayuda a vivir vidas más largas, saludables y felices.

El año pasado, Amanda Paluch y su equipo publicaron una investigación basada en una cohorte de más de 2000 personas de mediana edad que viven en los EE. UU. Descubrieron que dar al menos 7000 pasos al día reducía las posibilidades de muerte prematura entre un 50 y un 70%.

Por supuesto que para quienes están interesados en empezar con las caminatas saludables, muchas preguntas pueden surgir a partir de esa información. ¿Importa la velocidad? ¿Es mejor acelerar los pasos? ¿Caminar más de 7000 es mucho mejor?

La edad importa

Para elucidar todas las dudas, el equipo de Paluch realizó otro metaanálisis que incluyó información y el recuento de pasos de 47 471 adultos de Asia, Australia, Europa y América del Norte.

Según los resultados, el 25% de los adultos que caminaban más cada día tenían entre un 40 y un 53% menos de probabilidades de morir, en comparación con los que se encontraban en el 25 % inferior de los pasos recomendados.

La edad influye en el recuento de pasos; por ejemplo, para adultos de 60 años o más, este riesgo reducido alcanzó un máximo de alrededor de 6000 a 8000 pasos por día. En cuanto a los más jóvenes, el estudio indica que viene bien caminar un poco más, pero no hubo evidencia de que necesariamente vivirían más si caminaban más de 8,000 a 10,000 pasos por día.

«Como conclusión principal, hay mucha evidencia que sugiere que moverse incluso un poco más es beneficioso, particularmente para quienes realizan muy poca actividad«, dice Paluch. «Nada de esto quiere decir que no nos beneficiaríamos de trabajar más duro nuestros cuerpos de otras maneras».

Media hora de actividad intensa cada día sería un gran impulso para aquellos que pasan mucho tiempo sentados. Asimismo, el deporte en la vejez podría ayudar a que el cerebro se mantenga en forma, y que el corazón y huesos se mantengan sanos y fuertes.

Pero es entendible que otro tipo de entrenamiento requerirá motivaciones extras. Al menos, podemos empezar por una meta de 6000 a 8000 pasos al día.