Descubierto un circuito cerebral que permite a primates detectar rostros en la periferia visual

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Descubierto un circuito cerebral que permite a primates detectar rostros en la periferia visual

Macaco. / Robotitus/Playground

Un estudio reciente publicado en Neuron revela que los primates pueden detectar rostros con una rapidez increíble a través de un circuito cerebral recién descubierto. Escáneres cerebrales sugieren que los monos macacos rhesus (Macaca mulatta) son capaces de categorizar algo en su visión periférica como un rostro u objeto en menos de 40 milisegundos, incluso antes de dirigir su mirada para una observación más detallada.

Atajo evolutivo

La transferencia rápida de información ocurre a través de un ‘atajo’ evolutivamente antiguo conocido como el colículo superior, que conecta los ojos con una parte temprana de la corteza visual y llega a una parte del mesencéfalo. Este circuito es distinto del que reconoce rostros familiares, el cual involucra una ruta más larga a través de partes más recientes de la corteza visual de los primates.

En los seres humanos, por ejemplo, el cerebro puede reconocer rostros familiares en el centro de la visión aproximadamente 380 milisegundos después de ser presentados. Esto es es alrededor de 80 milisegundos más rápido que la detección de un rostro desconocido.

El circuito más corto tarda aún menos, pero solo puede detectar una figura parecida a un rostro en la periferia visual. Aunque los investigadores no están seguros si las neuronas en el colículo superior juegan el mismo rol en humanos que en los macacos, se sabe que permiten a los niños pequeños seguir rostros y reaccionar a estímulos emocionales.

«Este circuito recién descubierto explica cómo podemos detectar y mirar rápidamente rostros, incluso si aparecen primero en el campo visual periférico donde la agudeza visual es pobre», comenta el neurocientífico Richard Krauzlis del Instituto Nacional de Salud (NIH) de EE.UU

El descubrimiento 

En experimentos, los investigadores del NIH escanearon los cerebros de dos macacos para observar qué neuronas se activaban cuando se les mostraban imágenes de rostros de monos, rostros humanos, cuerpos, manos, frutas o vegetales, u objetos fabricados por humanos. 

Las imágenes se colocaron justo fuera del campo visual central de los monos, de modo que no pudieran ser vistas claramente a través de los circuitos cerebrales conocidos para el reconocimiento de rostros.

El equipo del NIH contó 140 neuronas del colículo superior que respondieron con mayor fuerza a los rostros de otros monos en la periferia. Ambos monos pudieron discriminar entre rostros y no rostros solo 30 milisegundos después de mostrarse una imagen. A los 50 milisegundos, esa discriminación alcanzó un 80% de precisión, y a los 90 milisegundos, la precisión alcanzó el 92%.

En contraste, el colículo superior de ambos monos discriminó entre objetos animados e inanimados con solo un 75% de precisión aproximadamente 65 milisegundos después de mostrarse la imagen

Importancia 

Los investigadores del NIH ahora quieren investigar si este mismo circuito de preferencia por rostros existe en humanos

«Creemos que este circuito de preferencia por rostros puede realmente impulsar el desarrollo de los procesos de reconocimiento facial más avanzados del cerebro», dice Krauzlis. «Si es así, los déficits en esta preferencia por rostros en el colículo superior podrían jugar un papel en el autismo».