Preocupante. Un preservante de alimentos utilizado para prolongar la vida útil de casi 1.250 populares alimentos procesados puede dañar el sistema inmunológico. El estudio fue realizado por Environmental Working Group (EWG) y publicado en International Journal of Environmental Research and Public Health.
Los investigadores utilizaron datos del Pronosticador de Toxicidad de la Agencia de Protección Ambiental, o ToxCast. Evaluaron los peligros para la salud de las sustancias químicas más comunes que se agregan a los alimentos, así como las “sustancias químicas permanentes” conocidas como PFAS, las cuales pueden migrar a los alimentos desde el empaque.
Con el análisis de los datos de ToxCast en pruebas con animales se descubrió que el preservante terc-butilhidroquinona (TBHQ) daña el sistema inmunológico. No solo eso, también lo daña en pruebas sin animales como la de toxicología in vitro de alto rendimiento. El hallazgo es de particular preocupación durante la pandemia de coronavirus.
“La pandemia ha centrado la atención pública y científica en los factores ambientales que pueden afectar el sistema inmunológico”, dijo Olga Naidenko del EWG. “Antes, las agencias de salud pública no prestaban suficiente atención a las sustancias químicas dañinas para las defensas del sistema inmunológico contra las infecciones o el cáncer. En pro de proteger la salud pública, esto debe cambiar”.
TBHQ y PFAS
El TBHQ es un preservante presente en los alimentos procesados. Ha sido utilizado durante muchas décadas y no tiene ninguna otra función además de aumentar la vida útil del producto.
Los científicos descubrieron que el TBHQ afectaba las proteínas de las células inmunitarias en dosis similares a las que causan daño en los estudios tradicionales. Previamente se había encontrado que el TBHQ podía influir en el funcionamiento de las vacunas contra la gripe, así como estar relacionado con un aumento de las alergias alimentarias.
De igual forma, analizaron los estudios que muestran cómo los PFAS migran a los alimentos desde el empaque o el equipo de procesamiento. Ésta es la primera recopilación conocida de investigaciones disponibles sobre la migración de PFAS del envasado a los alimentos. En 2017, las pruebas mostraron que muchas cadenas de comida rápida usaban envoltorios de alimentos, bolsas y cajas recubiertas con químicos altamente fluorados.
Los estudios epidemiológicos en humanos señalan que las PFAS suprimen la función inmunológica y disminuyen la eficacia de las vacunas. La investigación publicada recientemente también encontró un vínculo entre los altos niveles de PFAS en la sangre y la gravedad de Covid-19.
Sorprendentemente, para la mayoría de los PFAS, los resultados de ToxCast no coincidieron con los datos de pruebas anteriores en animales y humanos. Esto ilustra las limitaciones del nuevo método de prueba química y se necesitan más análisis para comprender cómo los PFAS dañan el sistema inmunológico.
Mejor regulación
Finalmente, el estudio recomienda se dé prioridad a las pruebas de inmunotoxicidad para los productos químicos en los alimentos y los materiales que entran en contacto con estos. El fin último debe ser proteger la salud pública de un posible daño al sistema inmunológico por parte de los alimentos empaquetados.
Asimismo, el equipo pide a las autoridades cerrar la laguna regulatoria que permite a los aditivos alimentarios potencialmente peligrosos permanecer en el mercado. Los entes reguladores deben revisar los aditivos como el TBHQ para reflejar los nuevos descubrimientos.
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