En lo más profundo de la oscuridad humana se encuentra «D», el núcleo de todas las tendencias más malévolas.
El núcleo oscuro de la personalidad
La psicopatía, el narcisismo y el maquiavelismo, en conjunto, reciben el nombre de «Tríada oscura«, pero comparten lugar en lo profundo de la personalidad humana con el egoísmo, sadismo, rencor y más. Detrás de nuestros peores impulsos se encuentra un factor, recientemente identificado como «D» (Dark factor).
El marco teórico del factor D tiene sus fundamentos en lo que se conoce como factor G. Este es un constructo propuesto por el psicólogo inglés Charles Spearman hace más de un siglo para explicar la complejidad de la inteligencia. Spearman observó que los individuos que se desempeñaban bien en un tipo de prueba cognitiva tenían más probabilidades de obtener buenos resultados también en otros tipos de pruebas. Es decir, que se podría medir un «factor de inteligencia general».
«De la misma manera, los aspectos oscuros de la personalidad humana tienen un denominador común. Esto significa que -al igual que la inteligencia- se puede decir que todos son expresión de la misma tendencia disposicional», señala Ingo Zettler, psicólogo de la Universidad de Copenhague.
El estudio
En Dinamarca, durante el 2018, los investigadores a cargo del estudio encuestaron a 2500 participantes con preguntas diseñadas para medir sus niveles de nueve rasgos de personalidad oscura. Estos son el egoísmo, maquiavelismo, desvinculación moral, narcisismo, derechos psicológicos, psicopatía, sadismo, egoísmo y rencor.
Los especialistas pidieron a los participantes que no estuvieran de acuerdo con una serie de declaraciones ‘oscuras’ variables, como: «sé que soy especial porque todo el mundo me lo sigue diciendo», «diré cualquier cosa para conseguir lo que quiero», «es difícil salir adelante sin tomar atajos aquí y allá», y «herir a la gente sería emocionante».
Con las respuestas realizaron un análisis estadístico. Los resultados sugirieron que si bien estos rasgos oscuros son distintos, todos se superponen hasta cierto punto. Esta superposición conduce a la raíz del mal: el factor D, que se revela de diferentes maneras.
«En una persona determinada, el factor D puede manifestarse principalmente como narcisismo, psicopatía o uno de los otros rasgos oscuros, o una combinación de estos«, aseguró Zettler.
«Pero con nuestro mapeo del denominador común de los diversos rasgos de personalidad oscura, uno puede simplemente determinar que la persona tiene un factor D alto. Esto se debe a que el factor D indica la probabilidad de que una persona se involucre en un comportamiento asociado con uno o más de estos rasgos oscuros».
Comprender el mal
Como es parte de nuestra naturaleza ser curiosos, los investigadores han publicado el cuestionario y está disponible para quienes deseen saber qué tan «oscuros» son. Pero más que entretenimiento o simple curiosidad, los científicos creen que estos hallazgos pueden conducir a nuevos descubrimientos en psicología y terapia, mejorando nuestra comprensión de cómo interpretamos las acciones malévolas de las personas.
«El conocimiento sobre el factor D de una persona puede ser una herramienta útil. Por ejemplo, para evaluar la probabilidad de que la persona reincida o se involucre en un comportamiento más dañino».