Desde la década de 1930 unas extrañas nubes blancas aparecen en uno de los entornos marinos mejor estudiados del mundo, el área entre las Bahamas y Florida. Ahora, investigadores de la Universidad del Sur de Florida (USF) se han propuesto estudiar el fenómeno. La información se publicó en Remote Sensing of Environment. 

Los científicos aún no entienden por qué este “evento de blanqueamiento” ocurre más en las Bahamas. Los desconcertantes parches de océano brillante también se ven a veces en otros océanos y lagos de todo el mundo, pero ocurren con más frecuencia de lo habitual en el país caribeño. 

El muestreo de esta agua turbia sugiere que contiene altas concentraciones de partículas ricas en carbonato. Gran parte del archipiélago de las Bahamas descansa sobre una plataforma carbonatada sumergida conocida como los Bancos de las Bahamas.

El trabajo 

Las dos principales hipótesis mencionan que los sedimentos suben a la superficie y que las floraciones de fitoplancton en realidad producen material en suspensión. Para encontrar la respuesta, los científicos de la USF utilizaron imágenes satelitales de la NASA para mostrar cómo se mueve el fenómeno en el océano alrededor de las Bahamas. 

El equipo no sabe si las tendencias que identificaron son naturales o provocadas por el hombre. Pero sí tienen la seguridad de que del año 2003 al 2020 el tamaño de estas nubes marinas blancas pareció correlacionarse con las estaciones.

Las manchas más grandes aparecieron de marzo a mayo y de octubre a diciembre, y tenían un promedio de 2,4 kilómetros cuadrados por pieza. En un día despejado, las imágenes satelitales generalmente capturan alrededor de 24 de ellas, cubriendo un área total de 32 kilómetros cuadrados.

No obstante, entre 2011 y 2015, las nubes aumentaron repentinamente de tamaño, cubriendo más de 200 kilómetros cuadrados de océano en su punto máximo. Para 2019 habían vuelto a disminuir, aunque nunca llegaron a ser tan pequeños como antes.

Más preguntas

Los resultados sugieren que podría ser un ciclo de 10 años, pero los investigadores aún no saben qué es exactamente. Aun así, encontraron relaciones entre las condiciones ambientales, como el pH, la salinidad del agua y el comportamiento de los vientos y corrientes.

Sin embargo, “aún no podemos decir qué procesos mecánicos, biológicos o químicos exactos son responsables de esta actividad máxima», dice Chuanmin Hu, oceanógrafo de USF.

Se necesita un análisis de campo más directo y no solo en las Bahamas. La comparación de eventos similares en otras regiones ayudaría a los científicos a comprender qué características tienen en común. Algunos estudios han demostrado que los casos ocurren con mayor frecuencia en lugares con sedimentos fangosos.

El equipo de la USF probó su modelo sobre la aparición de estos parches blancos en los Grandes Lagos de EE.UU. Si bien tuvieron un éxito preliminar, ahora necesitan respaldar esos patrones en el agua.