Un equipo de investigadores de la Universidad de Viena ha revelado un sorprendente hallazgo en la Cordillera del Pacífico Oriental, una cresta volcánica activa en el fondo del océano Pacífico.
Este sitio, donde convergen dos placas tectónicas, alberga numerosas fuentes hidrotermales, aberturas submarinas donde el agua de mar entra en contacto con magma bajo la corteza terrestre. Estas fuentes han sido foco de estudio debido a la vida inusual que prospera allí, como el gusano tubícola gigante Riftia pachyptila.
Vida improbable
Hasta hace poco, se creía que solo microbios y virus habitaban la corteza debajo de estas fuentes hidrotermales. Sin embargo, los investigadores, liderados por Monika Bright, propusieron que las larvas de animales marinos, como los gusanos tubícolas, podrían viajar a través del subsuelo marino mediante los fluidos de las fuentes.
Esta hipótesis llevó al equipo a realizar una serie de inmersiones en el sitio a 2,515 metros de profundidad, utilizando el vehículo operado remotamente SuB-astian, desde el barco de investigación Falkor del Instituto Oceánico Schmidt.
Durante las exploraciones, descubrieron cavidades llenas de fluidos cálidos bajo la corteza del fondo marino, habitadas por diversas especies previamente vistas solo en la superficie marina, como gusanos tubícolas gigantes, además de animales móviles como gusanos y caracoles. Esto sugiere una compleja conectividad entre los ecosistemas del suelo marino y el subsuelo.
Preservar el hábitat
El hallazgo de estos hábitats en la corteza submarina es importante y plantea nuevas preguntas sobre su extensión y la posible interconexión con la vida en la superficie del fondo marino. Los científicos destacan la importancia de proteger estas áreas, ya que podrían verse afectadas por cambios ambientales futuros.
La dispersión de larvas a través del sistema hidrotermal podría ser un factor clave en la colonización de estas cavidades. Además, muchos de estos animales albergan comunidades bacterianas densas que juegan un papel crucial en los flujos geoquímicos locales y regionales, al oxidar productos químicos y fijar carbono.
Este descubrimiento, publicado en la revista Nature Communications, resalta la urgencia de proteger las fuentes hidrotermales, ya que aún se desconoce la magnitud total de estos hábitats submarinos y su importancia para los ecosistemas oceánicos.