El año pasado, cientos de elefantes se desplomaron muertos luego de caminar en círculos y estar aparentemente mareados. Los decesos aún no se detienen y una investigación apunta como principal sospechoso a las cianobacterias.
Las muertes de elefantes continúan
Entre Mayo y Junio del 2020, en la Reserva de Caza de Moremi (Botswana) más de 350 elefantes fallecieron misteriosamente. Los sucesos no solo desconcertaron a científicos, también a cuidadores y autoridades. A pesar de que la comunidad científica especializada del país del Sur de África ha presionado exigiendo investigaciones exhaustivas, no se conoce con certeza la causa.
En ese entonces, consideraron al ántrax o algún virus, pero ambas posibilidades fueron descartadas. De igual forma la caza furtiva, pues los colmillos permanecían intactos. Se excluyó al ántrax porque la mortalidad de elefantes era específica. Tanto en el 2020, como en el 2021, si se tratase de ántrax otros animales se hubieran visto igualmente afectados, pero no es el caso; explica el veterinario Shahan Azeem. Además, los elefantes mostrarían signos de sangrado característicos de dicha enfermedad bacteriana.
Las toxinas liberadas por altas concentraciones de cianobacterias fueron en ese momento evaluadas como una explicación posible. Aunque fue desecha, las muertes recientes han sido vinculadas a las mismas toxinas, según un informe preliminar presentado por Philda Kereng, Ministra de Medio Ambiente, Conservación de Recursos Naturales y Turismo de Botswana.
El diminuto sospechoso
Un estudio publicado en The Innovation, muestra que a través de imágenes áreas y pruebas de laboratorio surge la identidad del presunto «asesino». Todo apunta a las neurotoxinas producidas por cianobacterias como las principales sospechosas. Conforme a los análisis satelitales, desde marzo hasta julio del 2020, las concentraciones de cianobacterias incrementaban a medida que la cantidad de agua en los estanques y lagos se reducía. Esto se debe a que, debido al cambio climático, las temperaturas por encima del promedio secan los cuerpos acuíferos y las cianobacterias tóxicas prosperan.
Sin embargo, el estudio no es definitivo, pues como describen sus autores aún faltan muchos más datos. Debido a la actual pandemia de Covid-19 la mayoría de las aguas ya se habían secado y muchos cadáveres estaban ya descompuestos cuando el evento comenzó a llamar la atención. No obstante, mediante la recopilación de datos históricos y un análisis retrospectivo de la citotoxicidad se pudo brindar una explicación clara sobre cómo los elefántidos habrían sido «asesinados» por cianobacterias.
El equipo de investigación también alerta sobre el riesgo de la exposición de la megafauna a las cianotoxinas, a causa de una serie de factores que favorecen el crecimiento de cianobacterias, como los climas cálidos acentuados por el cambio climático. Asimismo, la reducción del hábitat de los elefantes y los escenarios de contacto con las personas, limitan bastante su escape cuando se encuentran frente a un peligro como éste.