Los agujeros de gusano, túneles hipotéticos que unen una parte del universo con otra, podrían estar escondidos a plena vista, en forma de agujeros negros. A esa conclusión llegó un equipo de físicos de la Universidad de Sofía en Bulgaria, cuya investigación fue publicada en Physical Review D.
Los agujeros negros han desconcertado a los científicos durante mucho tiempo, engullendo materia y nunca dejándola escapar. Sin embargo, algunos físicos creen que estos agujeros negros podrían conducir a «agujeros blancos», o pozos que arrojan corrientes de partículas y radiación.
Los dos extremos juntos formarían un agujero de gusano, también llamado puente de Einstein-Rosen. Algunos físicos creen que es capaz de estirar cualquier cantidad de tiempo y espacio. Esta es una tentadora teoría que podría reescribir las leyes del espacio-tiempo tal como las entendemos hoy.
La nueva investigación
Ahora, los investigadores sugieren que la «garganta» de un agujero de gusano se parecería mucho a los agujeros negros descubiertos previamente. Uno de ellos es Sagitario A*, el cual se cree que acecha en el centro de nuestra galaxia.
«Hace diez años, los agujeros de gusano estaban completamente en el área de la ciencia ficción», dijo Petya Nedkova, autora principal, a New Scientist. «Ahora, se están acercando a las fronteras de la ciencia y la gente está los buscando activamente», agregó.
El modelo de computadora desarrollado por el equipo sugiere que la radiación proveniente de los discos de materia que giran alrededor de los bordes de los agujeros de gusano sería casi imposible de distinguir de los que rodean un agujero negro. De hecho, la diferencia en la cantidad de polarización de la luz emitida por un agujero negro y uno de gusano, sería inferior al 4%.
«Con las observaciones actuales, no es posible distinguir un agujero negro o un agujero de gusano. Pudo haber existido un agujero de gusano allí, pero no podemos notar la diferencia. Por ello, estábamos buscando algo más en el cielo que nos dé una pista para distinguir los agujeros negros de los agujeros de gusano», comentó Nedkova.
Seguirán indetectables
Aun así, el equipo de Nedkova sugiere que pueden haber formas de distinguir ambos objetos con observaciones en el futuro. Una de ellas sería buscar luz que esté filtrándose desde el otro extremo del agujero de gusano, y emanando del agujero negro en forma de pequeños anillos de luz.
Pero por ahora, simplemente no tenemos la tecnología para hacer ese tipo de observaciones directas de los agujeros negros. La única forma de saberlo con certeza sería escanear estos increíbles monstruos celestiales con un telescopio de resolución tan grande como una lente gravitacional.
Esto requeriría una masa convenientemente colocada entre nosotros y el agujero de gusano que distorsione su luz lo suficiente como para magnificar las pequeñas diferencias. Lo cual al menos nos daría un medio para detectar con confianza qué parches oscuros de vacío tienen una salida trasera.
La otra opción, por supuesto, sería arriesgarlo todo arrojándose a un agujero negro. «Si estuvieras cerca, te enterarías demasiado tarde. Sabrás la diferencia cuando mueras o pases», finaliza Nedkova.