El estrés alcanza a las parejas de albatros, unas aves típicamente monógamas que se están separando cuando la temperatura del mar aumenta.
Relaciones estables
De acuerdo con una nueva investigación, en los años en que el agua de las Islas Malvinas estaba más caliente, la tasa de divorcios, que no superaba el 4% en albatros, aumentó a más del 7%. Los científicos a cargo de este estudio aseguran que esto es evidencia de que tanto el fracaso reproductivo como el medio ambiente afectan la relación de las aves.
Los albatros pueden vivir durante décadas y pasar años en el océano en busca de comida para luego regresar a tierra para reproducirse. Las parejas que permanecen juntas tienen los beneficios de la familiaridad y estabilidad, lo que les ayuda a criar a los jóvenes. Según Francesco Ventura, biólogo conservacionista de la Universidad de Lisboa, estas son características particularmente importantes en entornos marinos dinámicos.
Pero no todo es felicidad y a veces la incompatibilidad afecta a la reproducción y crianza, causando la separación de la pareja. Lógicamente, es más probable que bajo condiciones adversas, la reproducción falle. Ventura y su equipo querían averiguar si el medio ambiente también tiene un impacto directo sobre las tasas de divorcio, independientemente del éxito de la reproducción.
Divorcios
Los investigadores analizaron datos recopilados entre 2004 y 2019 sobre una gran colonia de albatros de ceja negra en las Malvinas. Para rastrear el rompimiento de las parejas, registraron 2900 intentos reproductivos en 424 hembras y los compararon con el éxito anterior en parejas.
El equipo encontró que el fracaso reproductivo seguía siendo la principal causa del divorcio. Esta presión se entiende considerando que cada hembra solo pone un huevo y, las aves cuyos huevos no eclosionan tienen por lo menos 5 veces más probabilidades de separarse de sus parejas. La tasa de divorcio era tan baja que algunos años no superaba el 1%.
Sin embargo, esta tasa aumentó en línea con la temperatura promedio del agua, alcanzando un máximo de 7.7% en 2017 cuando las aguas eran las más cálidas. Además, las hembras en parejas reproductoras exitosas tenían más probabilidades de verse afectadas por el entorno más hostil que los machos o las hembras que no se reproducían o fallaban.
Mal manejo del estrés
Cuando la temperatura del mar aumenta, los niveles de nutrientes disminuyen y las aves deben pasar más tiempo en el mar buscando la comida. Así, retrasan su regreso a casa y suelen aparecer desaliñadas y cansadas. El retraso y la apariencia podrían provocar las rupturas.
No solo eso, estas condiciones aumentarían las concentraciones de hormonas relacionadas con el estrés. Un ave puede atribuir incorrectamente su estrés a su pareja, en lugar de al entorno más hostil, y separarse incluso si la eclosión fue exitosa. Si los animales se divorcian por una razón incorrecta y empeoran la temporada siguiente, conduciría a un menor éxito reproductivo en general y posiblemente a una disminución de la población.
«Una población con un número muy bajo de parejas reproductoras podría tener repercusiones mucho más graves«, dice Ventura.