Desde niños todos aprendimos que los planetas no pasaban de diez: aunque en algún momento Plutón fue considerado como planeta, luego ya no. Las lunas y los planetas enanos no eran planetas. Ahora, un grupo de astrónomos quiere cambiar esa definición y sus razones fueron publicadas en Icarus.
En 2006, la Unión Astronómica Internacional (IAU) tomó una decisión: los planetas, lunas, y planetas enanos son tres cosas diferentes. En ese momento, redefinieron el término «planeta» y se echó a Plutón de la categoría. Desde entonces, se lo ha visto como un planeta enano.
Sin embargo, los críticos creen que en la IAU no se eligieron criterios estrictos para la definición de planeta sobre una base científica. En cambio, se basaron en el folclore y la astrología, afirma el grupo de astrónomos dirigidos por el científico planetario Phillip Metzger de la Universidad de Florida Central.
Definiciones
Metzger y su equipo analizaron más de cerca los criterios de la Resolución B5, publicada por la IAU en 2006. Según esto, un planeta es un cuerpo celeste que está en una órbita alrededor del Sol, tiene suficiente masa para ser esférico, y ha despejado el área alrededor de su órbita.
Por lo tanto, los 8 planetas de nuestro sistema solar son: Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. Pero, Metzger desea cambiar todo esto. En particular, quiere eliminar el tercer criterio y simplificar la definición general de un planeta.
Según ellos, un planeta es un cuerpo celeste que está o estuvo geológicamente activo. Eso significaría que los planetas enanos, las lunas e incluso algunos asteroides podrían contarse entre los planetas. Esto es algo que se ha utilizado anteriormente como argumento en contra de ampliar la definición.
Sin embargo, para Metzger, “Es como definir ‘mamíferos’. Son mamíferos ya sea que vivan en la tierra o en el mar. No se trata de su ubicación. Se trata de las características intrínsecas que los hacen lo que son”.
Volver al pasado
El enfoque del equipo se basa en la definición del astrónomo Galileo Galilei. En la década de 1630, él argumentó que los planetas eran objetos que consisten en elementos que cambian con el tiempo. También citan el argumento de Galileo sobre que los planetas reflejan la luz solar, en lugar de producir luz propia.
Metzger y sus colegas siguieron la definición del término a lo largo de los siglos y encontraron que ésta cambió en el siglo XX. Entre 1910 y la década de 1950, los investigadores descubrieron que hubo un interés decreciente en la ciencia planetaria. La cantidad de artículos publicados en este momento disminuyó.
“Usamos la bibliometría para mostrar que hubo una época de negligencia en la que los astrónomos no prestaban tanta atención a los planetas. Y durante este período de abandono, se interrumpió la transmisión de la taxonomía pragmática heredada de Galileo”, señalaron.
Astrología
Ese vacío, afirma el trabajo, lo llenó el folclore. En los dos siglos anteriores, los almanaques se habían vuelto populares: libros anuales que realizaban predicciones meteorológicas y de otro tipo basadas en las posiciones de un pequeño número de planetas, o sea, astrología.
Los planetas ya no se definían en virtud de ser complejos, con geología activa y el potencial de vida y civilización. “En cambio, se definieron en virtud de ser simples, siguiendo ciertos caminos idealizados alrededor del Sol”, dice Metzger.
Por ello los investigadores proponen un regreso a la definición galilea. Es probable que enfrenten resistencia por parte de otros especialistas, pero como dicen en su trabajo: las definiciones importan.