En las profundidades del océano, los científicos se han topado con un enigma intrigante: un misterioso «huevo dorado» que desafía toda explicación.
De «película de terror»
Este descubrimiento, más propio de un thriller que de la ciencia marina, se presenta en forma de un orbe dorado que ha dejado perplejos a los expertos. ¿Podría tratarse de la cáscara de un huevo perteneciente a una especie desconocida, los restos de una esponja inerte o quizás una variedad de coral? Los investigadores de la NOAA que llevaron a cabo el hallazgo se enfrentan a un enigma sin respuesta clara.
El enigmático orbe fue hallado a una profundidad de aproximadamente 3.300 metros, en las aguas frente a la costa de Alaska (una región donde la luz del Sol nunca alcanza), gracias al vehículo submarino controlado a distancia perteneciente a la NOAA Ocean Exploration. El objeto se encontraba firmemente adherido a una roca salpicada de esponjas blancas, tenía aproximadamente 10 centímetros de ancho y presentaba un inquietante agujero en uno de sus lados.
Mientras transmitían en vivo el hallazgo el 30 de agosto, los científicos expresaron su desconcierto. Uno de ellos especuló al observar el gran agujero: «Definitivamente, algo intentó entrar o salir». Otro añadió con cierta inquietud: «Solo espero que, al tocarlo, no desate algo inesperado. Es como el comienzo de una película de terror».
¿De quién es el huevo?
Los científicos han compartido con The Guardian su hipótesis principal, que apunta a que se trataría de un huevo del cual surgió algo no precisamente pequeño.
Según comentó Kerry Howell, ecologista de aguas profundas de la Universidad de Plymouth en el Reino Unido, eligieron la etiqueta «huevo» debido a su textura. El objeto tiene una consistencia carnosa y carece de características anatómicas evidentes.
Destaca por su singular agujero, el cual sugiere que algo pudo haber entrado o salido de él. Sin embargo, no se asemeja a ningún huevo conocido hasta ahora. Howell mencionó: «Si es un huevo, la pregunta realmente intrigante es de qué organismo proviene. Ciertamente, no es un huevo de pez pequeño, su tamaño es considerable».
Cuando el vehículo submarino se topó con este misterioso objeto, los investigadores usaron un brazo robótico para manipularlo con cuidado y notaron su textura suave. Luego, lo recolectaron mediante succión con el propósito de llevar a cabo un estudio más detallado. El siguiente paso es realizar pruebas de ADN para determinar su origen biológico.
La singularidad de que el «huevo dorado» se encontrara aislado añade aún más intriga. Por lo general, los animales ovíparos depositan sus huevos en nidadas. Entonces, si se trata de un huevo, su singularidad despierta curiosidad y maravilla. Sea lo que sea, este orbe posee información valiosa que arrojar sobre las profundidades del océano y la diversa vida que prospera en él.
A pesar de haber logrado recuperarlo, su identificación se mantiene en un estadio temprano, limitándose a confirmar su origen biológico. La resolución de este enigma requerirá un examen más exhaustivo en un laboratorio, donde se podrán utilizar herramientas más sofisticadas disponibles en la comunidad científica. Esta desconcertante revelación nos recuerda cuánto desconocemos sobre nuestro propio planeta y lo que nos falta por aprender.
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