Un equipo de científicos, liderado por el investigador Andy Tomkins de la Universidad de Monash en Australia, ha presentado una teoría que sugiere que la Tierra pudo haber tenido su propio anillo planetario en el pasado.
Aunque este anillo no habría durado mucho en términos cósmicos, podría haber estado presente durante decenas de millones de años, tiempo suficiente para dejar una huella significativa en el registro geológico del planeta.
Impactos del Ordovícico
La investigación, publicada en Earth and Planetary Science Letters, explora un aumento inusual en el número de impactos de meteoritos conocido como el «pico de impactos del Ordovícico».
Tomkins y su equipo proponen que este fenómeno podría explicarse por la existencia de un anillo en descomposición alrededor de la Tierra. Esta estructura habría dejado caer lentamente material a la superficie terrestre, provocando el aumento de los impactos de meteoritos observados.
Según Tomkins, «durante millones de años, el material de este anillo cayó gradualmente a la Tierra, creando el pico de impactos de meteoritos observado en el registro geológico». Además, se ha encontrado una cantidad extraordinaria de escombros de meteoritos en las capas de rocas sedimentarias de este periodo, lo que respalda la hipótesis.
Anillos
Los anillos planetarios no son raros en el Sistema Solar. Los cuatro planetas gigantes, como Saturno, tienen anillos, y se cree que Marte también podría haber tenido uno en el pasado. Esto plantea la cuestión de si la Tierra podría haber albergado un anillo en algún momento de su historia.
El análisis se centra en un período hace aproximadamente 466 millones de años, cuando un asteroide pudo haber quedado atrapado en la órbita terrestre. El asteroide habría cruzado el límite de Roche, una distancia crítica en la que las fuerzas gravitacionales de la Tierra lo habrían destruido, dispersando sus fragmentos en un anillo alrededor del planeta.
A medida que estos escombros se desintegraban y caían a la Tierra, habrían provocado el aumento de impactos de meteoritos en una región específica, principalmente en el ecuador.
Además de los impactos agrupados en el tiempo y en la ubicación, otra pista proviene de la acumulación de material meteorítico en los sedimentos de esa época. Todo esto podría estar vinculado al mismo asteroide que formó el anillo.
Curiosamente, esta teoría también podría ofrecer una explicación para la glaciación masiva que ocurrió al final del Ordovícico, hace unos 445 millones de años. Un anillo alrededor de la Tierra podría haber arrojado sombras significativas sobre la superficie terrestre, contribuyendo al enfriamiento global que desencadenó esta era glacial.
Más estudios
La siguiente etapa de la investigación implica modelado numérico para recrear la fragmentación del asteroide y la evolución del anillo con el tiempo. Estos datos podrían ayudar a determinar si el anillo tuvo algún efecto sobre el clima, lo que a su vez podría haber influido en el evento de biodiversificación del Ordovícico, un periodo de rápida evolución de nuevas formas de vida.
Aunque aún es especulativo, esta investigación abre la puerta a reflexiones interesantes, no solo sobre la historia de la Tierra, sino también sobre la posibilidad de intervenir en el clima de otros planetas, como Venus, en el futuro