Horas después de que Blue Origin lograra su primera misión orbital con el cohete New Glenn, SpaceX volvió a captar la atención. Su megacohete Starship, en su séptima prueba, protagonizó un lanzamiento lleno de éxitos y un final dramático.
El jueves, desde Boca Chica, Texas, Starship despegó a las 4:37 pm (2237 GMT). Todo empezó bien: el cohete Super Heavy, la primera etapa, desaceleró tras alcanzar velocidades supersónicas y realizó un aterrizaje perfecto en los brazos de su torre de captura, conocidos como «palillos chinos». La maniobra, lograda solo por segunda vez, provocó aplausos en el equipo de control.
Sin embargo, el éxito fue breve. Apenas minutos después, la etapa superior de Starship falló durante su reingreso en la atmósfera. SpaceX confirmó que el cohete sufrió un “desmontaje rápido no programado”, un término que utiliza para referirse a explosiones. Usuarios en redes sociales compartieron imágenes del momento en que el cohete se desintegró en una cascada de fuego cerca de las Islas Turcas y Caicos.
Elon Musk, siempre activo en redes, se tomó el evento con humor. «¡El éxito es incierto, pero el entretenimiento está garantizado!», escribió, compartiendo uno de los videos del incidente. Por su parte, la Administración Federal de Aviación (FAA) anunció que estaba al tanto de la anomalía y evaluaría la operación.
Antes del lanzamiento de SpaceX, Blue Origin marcó un hito con su cohete New Glenn, que alcanzó por primera vez la órbita terrestre. Este logro podría significar un cambio en la carrera espacial comercial, donde SpaceX ha liderado durante años gracias a sus cohetes Falcon 9, utilizados tanto por empresas privadas como por agencias gubernamentales.
A pesar de la rivalidad entre Elon Musk y Jeff Bezos, ambos magnates intercambiaron felicitaciones en redes sociales. Bezos elogió el lanzamiento de SpaceX, mientras Musk reconoció el logro de Blue Origin, resaltando un raro momento de camaradería entre los competidores.
Para esta prueba, SpaceX implementó varias mejoras en su hardware, incluyendo refuerzos en los sensores de los brazos de captura, dañados en lanzamientos anteriores. También extendió la altura de Starship a 123 metros, convirtiéndolo en el cohete más grande jamás construido, superando incluso la Estatua de la Libertad.
Aunque las primeras pruebas de Starship terminaron en explosiones, SpaceX sigue fiel a su filosofía de «fallar rápido, aprender rápido». Musk planea aumentar la frecuencia de los lanzamientos, solicitando a la FAA permiso para realizar 25 pruebas en 2025, frente a las cuatro previstas para 2024.
Este programa de pruebas intensivo refleja la ambición de SpaceX de consolidar a Starship como su principal herramienta para misiones espaciales, desde el envío de satélites hasta la exploración de Marte. Mientras tanto, Blue Origin continúa avanzando, preparando el terreno para una competencia aún más intensa en el futuro de la exploración espacial.
