En el norte de Perú, en la cálida región de Lambayeque prosperó una cultura que se expandió hasta el sur del país. Los Wari vivieron entre el siglo VII y XIII, y sus oscuros secretos poco a poco son desenterrados.
Recientemente, arqueólogos rescataron 29 cuerpos humanos enterrados hace aproximadamente 1.000 años en la Huaca Santa Rosa de Pucalá. Cuatro de los esqueletos pertenecían a dos niños, un adolescente y un adulto waris, y representan los primeros ejemplos conocidos de ofrendas humanas de esta civilización en la región.
El director de la excavación y arqueólogo de investigación del museo Tumbas Reales de Sipán, Edgar Bracamonte Lévano, cuenta que reconoció en la zona las tumbas como Wari porque estaban rodeadas por tres recintos distintivos en forma de D típicos de los espacios religiosos de la cultura.
Para Bracamonte Lévano las ofrendas humanas pudieron haber sido «parte de un posible ritual realizado al momento de iniciar la construcción de estos espacios religiosos al estilo Wari».
Artesanía wari
Además de las cuatro ofrendas humanas, el equipo arqueológico descubrió un quinto individuo que había sido sometido a un entierro secundario. «Es decir, lo enterraron en otro lugar y [luego] lo volvieron a enterrar dentro del recinto en forma de D«, dijo Bracamonte Lévano.
También se develaron esqueletos de ocho conejillos de indias, así como varias alpacas y llamas, animales que probablemente fueron sacrificados. Asimismo destaparon ollas, botellas y un cuchillo con una hoja en forma de media luna.
El pueblo Wari era conocido por sus textiles finamente tejidos y cerámica esculpida, así como por sus caminos y agricultura en terrazas. Estos caminos se incorporarían más tarde a partes del Imperio Inca. Si bien la estructura exacta de la sociedad Wari permanece abierta a debate, la evidencia encontrada por los arqueólogos sugiere que la religión estaba profundamente entrelazada con la política y que las mujeres estaban incluidas en los niveles más altos de gobierno.
Los mochica
Como habíamos mencionado, solo algunos de los esqueletos pertenecían a pobladores wari. Los otros 25 esqueletos encontrados enterrados pero sacrificados, pertenecían a la cultura Mochica o Moche. Esta civilización prosperó en lo que ahora es Lambayeque desde aproximadamente el año 100 al 700 d.C., siendo suplantada más adelante por los Wari.
A diferencia del arte Wari, que tiende a formas y patrones abstractos, el arte Moche es famoso por su estilo más literal y naturalista. Eso hace que los artefactos de las dos culturas sean fácilmente distinguibles, afirmó Bracamonte Lévano al portal Live Science.
Entre los descubrimientos más importantes de la cultura Moche en los últimos años se encuentra la momia de la Dama de Cao, una noble tatuada cuya reconstrucción forense fue el tema de un documental de National Geographic en 2017. El Señor de Sipán, otra famosa momia Moche hallada en 1987, reside en el Museo Tumbas Reales de Sipán bajo la atenta mirada de Bracamonte Lévano.