¡Atención amantes de las piezas brillantes de carbono! De acuerdo a una nueva investigación publicada en Scientific Reports, dos de los tres tipos conocidos de diamantes se originan a partir de los restos de organismos que vivieron a 400 km bajo la superficie.
Los tesoros en la profundidad
Son muchas las personas que viven fascinadas por el brillo de los diamantes, aunque, al parecer aún sabemos poco respecto a su origen. Hasta el momento hemos logrado clasificar a los diamantes naturales en tres tipos.
En primer lugar están los diamantes litosféricos, que se forman en la capa litósfera, ubicada entre 150 y 250 kilómetros por debajo de la superficie terrestre. No queremos arruinar el romanticismo pero, al ser los más «comunes», son los se usan en los anillos de compromiso.
Los otros dos tipos son los más raros. Entre ellos tenemos a los diamantes oceánicos que se encuentran en rocas oceánicas; y, los diamantes continentales profundos que se forman entre 300 y 1,000 km debajo de la superficie de la Tierra. Si se te hace difícil imaginarte estas cifras, te dejamos una pista: los humanos no hemos logrado excavar más de 12 km de profundidad.
Podría decirse que estos dos tipos de diamantes tienen orígenes diferentes. El uso de isótopos de carbono δ13C puede determinar si el carbono tiene un origen orgánico o inorgánico. Así, investigaciones anteriores han sugerido que los diamantes oceánicos se formaron originalmente a partir del carbono orgánico que alguna vez estuvo dentro de los seres vivos.
El caso de los diamantes continentales profundos es un poco más complicado. Tienen una cantidad extremadamente variable de δ13C, lo que hace difícil saber si están hechos de carbono orgánico o no.
Reciclaje de carbono
Sin embargo, el nuevo estudio muestra que los diamantes súper profundos tienen una composición similar de δ13C a los continentales. Es decir, al igual que los diamantes oceánicos, estas gemas también contienen los restos de criaturas que alguna vez estuvieron vivas.
Luc Doucet, geólogo de la Universidad de Curtin afirma que, con un nuevo enfoque «descubrieron que el motor de la Tierra en realidad convierte el carbono orgánico en diamantes a muchos cientos de kilómetros por debajo de la superficie»
«Las rocas en globo del manto más profundo de la Tierra, llamadas plumas del manto, llevan los diamantes de regreso a la superficie de la Tierra a través de erupciones volcánicas para que los humanos los disfruten como piedras preciosas muy buscadas».
En la superficie, los diamantes profundos se convierten en núcleos envueltos en costras de diamantes inorgánicos, cuyos isótopos coinciden con los diamantes de la litosfera. «Esto explica por qué su composición de δ13C es tan variable«, explican los expertos.
Como hemos dicho, sabemos muy poco aún. Por ejemplo, los científicos no pueden explicar por qué los diamantes situados a más profundidad que la litósfera están utilizando este carbono orgánico reciclado.
«Esto podría tener algo que ver con el entorno físico-químico allí», explicó el geólogo de la Universidad de Curtin, Zheng-Xiang Li. «No es raro que un nuevo descubrimiento científico plantee más preguntas que requieren más investigación«.