En nuestro cerebro, 86 mil millones de neuronas dirigen nuestro organismo y nos ayudan a tomar decisiones complejas; el gusano Pristionchus pacificus hace lo mismo pero con apenas 302 neuronas.

Para atrapar a su presa o defender su alimento, este gusano depredador utiliza la mordida. Ya que puede usar una acción para dos actividades diferentes, los científicos creen haber encontrado la oportunidad ideal para analizar cómo el gusano toma sus decisiones.

«Nuestro estudio muestra que es posible usar un sistema simple como el del gusano para estudiar algo complejo, como la toma de decisiones orientada a objetivos», comenta el neurobiólogo Sreekanth Chalasani.

Morder y morder

Para el gusano, la cosa es simple: morder para devorar y morder para disuadir a Caenorhabditis elegans, otro gusano que es tanto su presa como su competidor.

Siendo las larvas de C. elegans fáciles de dominar, P. pacificus eligió morder para matar. Los adultos P. pacificus tendían a morder para obligar a C. elegans a alejarse de las fuentes de alimento. Eso es evidencia de un cambio de estrategia y una elección deliberada.

Si bien estamos acostumbrados a la toma de decisiones de este tipo por parte de los vertebrados, no estaba claro que los gusanos tuvieran la capacidad para sopesar los pros, los contras y las consecuencias de acciones particulares de esta manera.

«Los científicos siempre han asumido que los gusanos eran simples: cuando P. pacificus muerde, lo imaginábamos como un propósito depredador singular», señala la neurocientífica Kathleen Quach.

«En realidad, P. pacificus es versátil y puede usar la misma acción, morder a C. elegans, para lograr diferentes objetivos a largo plazo. Me sorprendió descubrir que P. pacificus podía aprovechar lo que parecía ser una depredación fallida para lograr objetivos exitosos y dirigidos«.

Quach y sus colegas observaron dónde ponían sus huevos los gusanos P. pacificus y cómo cambiaba su comportamiento cuando había cerca una fuente de alimento bacteriano. Los autores determinaron que las picaduras a C. elegans tenían la intención de ahuyentarlos; en otras palabras, no eran simples intentos fallidos de matar a estos competidores.

Perspectivas

Esta nueva investigación será útil en el desarrollo de la inteligencia artificial, al descubrir cómo enseñar software de computadora para tomar decisiones independientes con la menor cantidad de programación y redes neuronales posible.

Se planean investigaciones futuras para observar la parte flexible e integrada sobre esta toma de decisiones en el cerebro de P. pacificus. Nuevamente, eso tendrá implicaciones en el sentido de comprender cómo tomamos nuestras propias decisiones.

«Incluso los sistemas simples como los gusanos tienen diferentes estrategias, y pueden elegir entre ellas, dependiendo de cuál funciona bien para ellos en una situación dada«, indica Chalasani. «Eso proporciona un marco para comprender la forma en que se toman estas decisiones en sistemas más complejos, por ejemplo en los humanos».