El iceberg más grande del mundo se ha desprendido y está en movimiento

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El iceberg más grande del mundo se ha desprendido y está en movimiento

Seguimiento de los movimientos de A23a en su camino hacia el océano Austral. (British Antarctic Survey/YouTube)

El A23a es el iceberg más grande del mundo, con una superficie que duplica la del Gran Londres. Se desprendió de la plataforma Filchner-Ronne en 1986 y sigue dando de qué hablar.

Por décadas, este gigante helado permaneció encallado en el fondo del mar de Weddell, atrapado por su tamaño. Esto ralentizó su derretimiento, pero en 2020, finalmente comenzó a moverse hacia el océano Austral.

Sin embargo, su viaje no ha sido fácil. Este año quedó atrapado en un remolino de agua. Según el oceanógrafo Andrew Meijers del British Antarctic Survey, es emocionante verlo avanzar nuevamente.

El satélite Sentinel-1 de la ESA ha seguido su recorrido, permitiendo a los científicos estudiar el A23a y las aguas que lo rodean. Los icebergs como este afectan el ecosistema al liberar carbono y nutrientes al derretirse.

Ahora, el A23a podría seguir la ruta de otros grandes icebergs hacia el «callejón de icebergs», una zona del océano Austral donde suelen terminar estos colosos helados.

A medida que se acerque a aguas más cálidas cerca de Georgia del Sur, su derretimiento se acelerará. Esto liberará minerales acumulados en su superficie y del fondo marino, impactando el ecosistema local.

El derretimiento de glaciares grandes puede beneficiar a los océanos al aumentar niveles de fitoplancton, que captura CO2 de la atmósfera. Sin embargo, también plantea riesgos, como el aumento del nivel del mar.

El A23a escapó de una trampa submarina llamada columna de Taylor, un vórtice que a menudo inmoviliza a los icebergs. Ahora continúa su viaje, mientras los científicos observan de cerca su impacto.

Laura Taylor, biogeoquímica del BAS, explica que estos gigantes pueden enriquecer las aguas por donde pasan, creando ecosistemas vibrantes en áreas menos productivas.

Pero aún hay muchas incógnitas. Los investigadores buscan entender cómo influye el tamaño, el origen y la ruta de cada iceberg en este proceso.

El A23a sigue siendo un espectáculo fascinante y un recordatorio de cómo los cambios en los polos pueden tener efectos globales, desde ecosistemas hasta el clima.