Biólogos encuentran al pulpo de cristal en las profundidades del Pacífico Central

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Biólogos encuentran al pulpo de cristal en las profundidades del Pacífico Central

(Schmidt Ocean Institute)

Durante una expedición de 34 días y con la ayuda de un robot submarino, científicos han conseguido realizar dos avistamientos del tímido, espectral e impresionante pulpo de cristal.

La naturaleza superando la ficción

«El océano encierra maravillas y promesas que ni siquiera imaginamos, mucho menos descubrimos» dice Wendy Schmidt, cofundadora del Schmidt Ocean Institute, en un comunicado oficial y no podríamos estar más de acuerdo. Sobre todo cuando en una reciente expedición en el Océano Pacífico Central, biólogos marinos lograron observar al escurridizo «pulpo de cristal«.

Su nombre es Vitreledonella richardi y es una especie marina con solo los ojos, y con un nervio óptico y tracto digestivo opacos; el resto de su cuerpo es transparente. Esto lo diferencia de otras especies «de cristal», como las ranas y algunas medusas, pues son prácticamente transparentes.

El pulpo de cristal no fue descubierto hasta 1918 y en realidad es muy poco lo que se conoce sobre ellos. Son tan escurridizos que hasta la fecha han sido estudiados a partir de pedazos de su cuerpo encontrados en el estómago de sus depredadores. De ello obtuvimos que viven en áreas tropicales y subtropicales en las profundidades del océano en la zona mesopelágica o crepuscular, de 200 a 1000 metros por debajo de la superficie.

Se cree que la forma de su ojo cilíndrico evolucionó para minimizar la silueta de los ojos de las criaturas cuando se ven desde abajo, «parte de su estrategia de camuflaje», según un informe de 1992 en el Journal of the Marine Biological Association of the United Kingdom.

(Schmidt Ocean Institute)

Una expedición valiosa

En la última expedición organizada por la Fundación de Wendy y Eric Schmidt, la Universidad de Boston y la Institución Oceanográfica Woods Hole, un grupo de biólogos marinos pasó 34 días abordo del buque de investigación Falkor, navegando frente a las las remotas Islas Fénix, un archipiélago ubicado a más de 5.100 kilómetros al noreste de Sydney, Australia.

Durante la expedición, concluida el pasado 8 de julio, los científicos encontraron un puñado de lo que probablemente son animales marinos recién descubiertos en nueve montañas submarinas antes inexploradas conocidas como montes submarinos.

El equipo de especialistas marinos también completó el mapeo del fondo marino de alta resolución de más de 30,000 km cuadrados (11,500 millas cuadradas) alrededor del archipiélago y realizó grabaciones de video de cinco montañas submarinas adicionales filmadas por SuBastian.

SuBastian es un robot submarino que durante la expedición realizó 21 inmersiones registrando 182 horas del fondo marino. Siete de esas inmersiones tuvieron lugar en el Monumento Nacional Marino de las Islas Remotas del Pacífico de EE. UU. (PRIMNM), establecido en 2009 y habiéndose expandido en 2014, donde están prohibidas todas las actividades humanas a fin de proteger la vida marina. La nave Falkor de igual forma volvió a visitar partes de las Islas Fénix que sus científicos estudiaron en 2017, permitiendo a los investigadores recopilar datos útiles para aprender acerca del vínculo entre todo el ecosistema y los hábitats de los montes submarinos.

«Expediciones como estas nos enseñan por qué debemos incrementar nuestros esfuerzos para restaurar y comprender mejor los ecosistemas marinos en todas partes. La gran cadena de vida que comienza en el océano es fundamental para la salud y bienestar humanos«. De nuevo, no podríamos estar más de acuerdo.