Suerte cósmica: científicos británicos han identificado una supernova en formación. Se trata de dos estrellas, a unos 1.500 años luz de distancia de la Tierra, las cuales están girando en espiral una hacia la otra y que eventualmente colisionarán. Los hallazgos fueron publicados en la revista Nature Astronomy.
Expertos liderados por la Universidad de Warwick detectaron un tipo de estrella llamada “subenana caliente” en el sistema binario HD265435 utilizando el telescopio TESS de la NASA. La presencia de una enana blanca más masiva en la pareja se infirió por la manera como la subenana se distorsionaba en forma de lágrima a medida que pierde materia para su pareja.
Este proceso eventualmente hará que la enana blanca muerta se vuelva a encender y explote como una supernova, aunque el equipo dice que esto no sucederá hasta dentro de 70 millones de años. Hasta entonces, la pareja continuará orbitando entre sí a la vertiginosa velocidad de una revolución cada 100 minutos mientras la enana blanca consume a la subenana.
Futura supernova
El HD265435 es extraño porque representa uno de los pocos sistemas binarios encontrados hasta la fecha que parecen destinados a convertirse en supernovas. Además, los hallazgos mejorarán nuestra comprensión sobre la formación de las supernovas y serán de ayuda para los estudios de la expansión del universo, aseguran los autores.
“No sabemos exactamente cómo explotan estas supernovas, pero sabemos que sucederá, tal y como lo hemos visto en otras partes del Universo”, dijo la autora y astrofísica Ingrid Pelisoli de la Universidad de Warwick.
Una forma explica que si la enana blanca acumula suficiente masa de la subenana caliente, mientras las dos orbitan entre sí y se acercan, la materia de esta comenzará a escapar y caerá sobre la primera. Otra forma menciona que debido su pérdida de energía a causa de las emisiones de ondas gravitacionales, se acercarán más hasta que se fusionen. Al final, de todas maneras se convertirá en supernova.
La detección
En su estudio, los astrónomos detectaron a la subenana caliente en los datos del telescopio espacial TESS. A la enana blanca no la observaron directamente; más bien, infirieron su presencia en función de la variación del brillo de la subenana con el tiempo, de tal forma que sugería a un objeto masivo distorsionando la estrella.
Luego, evaluaron las velocidades radiales y de rotación de la subenana caliente utilizando mediciones tomadas del Observatorio Palomar en California y el Espectrógrafo e Imágenes Echellette (ESI) en el Observatorio Keck de Hawai. Esto les permitió confirmar que la enana blanca ‘oculta’, a pesar de ser más pequeña que la Tierra, es tan pesada como el Sol.
Si sumamos a la subenana caliente (0.6 masas solares), las estrellas juntas tienen la masa necesaria para producir una supernova, cruzando el llamado «límite de masa de Chandrasekhar» de 1.4 masas solares.
Importancia
El asombroso descubrimiento nos servirá para comprender un problema de la cosmología. Debido a que la masa de Chandrasekhar se encuentra dentro de un rango conocido, las supernovas de Tipo Ia tienen un brillo intrínseco determinable. Esto significa que es posible usarlas con el propósito de mapear distancias en el Universo local.
“Cuanto más comprendamos cómo funcionan las supernovas, mejor podremos calibrar nuestras velas estándar. De momento, esto es bastante importante, pues hay una discrepancia entre lo que obtenemos a través de este tipo de vela estándar y de otros métodos”, señaló Pelisoli.
Entender su funcionamiento significa también entender si esta discrepancia que vemos se debe a una nueva física que desconocemos y no tenemos en cuenta, o simplemente porque subestimamos las incertidumbres en esas distancias.