Un nuevo estudio trae esperanza para quienes han perdido la vista por enfermedades en la retina. Investigadores en Corea del Sur lograron activar un modo de “reparación” en los ojos.
La clave está en bloquear una proteína llamada Prox1. No es mala en sí, pero cuando hay daño en la retina, evita que las células nerviosas se regeneren.
Este tratamiento, probado en ratones, usa un anticuerpo especial para detener a Prox1. Así, las células de soporte de la retina —llamadas células Müller glia— recuperan su capacidad de reparación.
En peces como los peces cebra, esas células sí regeneran la retina de forma natural. Pero en mamíferos, Prox1 impide ese proceso.
Según el estudio, publicado en Nature Communications, al bloquear la transferencia de Prox1, las células Müller se reprograman y empiezan a generar nuevas células nerviosas.
Lo más impresionante es que el efecto duró más de seis meses. Es la primera vez que se logra regenerar la retina de un mamífero a largo plazo.
Los investigadores explican que, en ratones, Prox1 llega a las células Müller desde otras neuronas cercanas, después de una lesión. Frenar ese traspaso permite que comience la reparación.
Todavía falta mucho para probar esto en humanos, pero el hallazgo revela por qué nuestros ojos no se curan como los de otros animales.
Y también demuestra que sí se puede activar esa capacidad dormida. Si todo sale bien, los ensayos clínicos podrían comenzar en 2028.
Esto es un gran avance para enfermedades como el glaucoma o la retinitis pigmentosa, donde una vez que se pierde la visión, no se recupera.
En el mundo, hay cientos de millones de personas con enfermedades degenerativas de la retina. Hoy en día, no tienen tratamiento real para recuperar la vista.
Además, la población global está envejeciendo, y eso significa más casos de ceguera si no se encuentran soluciones como esta.
El estudio se suma a otras investigaciones que buscan reparar los ojos: desde el uso de láseres hasta trasplantes de células madre.
La bióloga Eun Jung Lee, del Instituto KAIST, dice que su objetivo es dar esperanza a quienes están en riesgo de quedarse ciegos y no tienen opciones reales.
Y aunque por ahora el tratamiento solo funcionó en ratones, ya es una prueba de que los ojos pueden regenerarse, si se les da el empujón correcto.
Frenar la acción de una sola proteína podría marcar la diferencia entre perder la vista para siempre o volver a ver.
Todavía no es una cura, pero es un paso enorme para la medicina ocular. Ahora toca seguir probando y perfeccionando el método.
Con más investigación, lo que hoy parece ciencia ficción podría convertirse en un tratamiento real en pocos años.