Investigadores australianos han creado una nueva herramienta cognitiva para detectar la demencia en sus primeras etapas, ofreciendo la posibilidad de un diagnóstico precoz y tratamiento preventivo. Este avance podría cambiar la forma en que se aborda esta enfermedad neurodegenerativa, según un estudio publicado en Age and Ageing.
El test
La herramienta, llamada ‘McCusker Subjective Cognitive Impairment Inventory’, consiste en un cuestionario de 46 ítems que evalúa seis dominios clave de la función cerebral: memoria, lenguaje, orientación, atención y concentración, función ejecutiva y habilidades visoconstructivas.
Las habilidades visoconstructivas, incluyen la capacidad de copiar y dibujar figuras geométricas, como un reloj, y requiere habilidades motoras finas, conciencia espacial y planificación.
Hasta el momento, 526 personas han probado esta herramienta, respondiendo preguntas sobre cambios graduales en sus capacidades mentales en los últimos dos años comparados con cinco años atrás. Las respuestas se puntúan en una escala de cinco puntos, donde mayores puntajes indican mayores preocupaciones sobre el deterioro cognitivo.
El psicólogo clínico y autor principal del estudio, Hamid Sohrabi, de la Universidad de Murdoch en Australia Occidental, subraya la importancia de poder predecir el riesgo de demencia antes de que se manifieste completamente. Esto permitiría iniciar tratamientos tempranos y potencialmente detener la progresión de la enfermedad.
Pero…
Aunque la herramienta ha mostrado ser aceptablemente precisa en la identificación de individuos con niveles moderados a severos de deterioro cognitivo subjetivo, aún necesita validación en estudios más amplios.
Además, existe un debate entre investigadores y clínicos sobre la fiabilidad de las autoevaluaciones cognitivas. Las personas pueden ser reacias a admitir cambios en su memoria o lenguaje, o incluso no ser conscientes de ellos si la enfermedad ha avanzado demasiado.
A pesar de estas complicaciones, una estructura estandarizada probada en un gran número de personas y que evalúe una amplia gama de habilidades cognitivas podría ayudar a los médicos a reconocer cambios sutiles que requieran atención adicional.
Más estudios
En paralelo, algunos investigadores están utilizando inteligencia artificial para analizar registros de salud y detectar patrones que podrían estar relacionados con la aparición del Alzheimer. Sin embargo, esto depende de la precisión de los diagnósticos médicos y de que las conexiones identificadas reflejen realmente un riesgo de Alzheimer.
El equipo de Sohrabi ha identificado un puntaje límite que podría agrupar a los encuestados con mayor riesgo de demencia. No obstante, los participantes del análisis eran personas saludables, de entre 39 y 97 años, involucradas en estudios longitudinales sobre el envejecimiento, por lo que los autores deberán evaluar su progreso en los próximos años.