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Muestras de ADN de perros revelan una ancestral red comercial desde Siberia hasta el Mar Caspio

(GoogleImages)

Arqueólogos analizan los restos de perros siberianos de más de 2000 años y revelan una extensa red comercial desde Siberia hasta el Mar Caspio.

Aislados en el Ártico

En el ADN se esconde la historia de todos los seres vivos; tal vez cueste un poco observarla y entenderla pero está ahí. Quizá lo más increíble sobre la información que portan los ácidos nucleicos es que está escrita en un código que comparten todos los seres vivos. De ahí que los estudios genéticos de una especie revelan información importante sobre otra.

Un ejemplo de esta tan maravillosa conexión, que incluso se atreve a bordear lo poético, es el reciente descubrimiento publicado la revista PNAS. Es este, un grupo de investigadores analizó el ADN de perros siberianos revelando que las comunidades del noroeste de Siberia estaban conectadas a una red comercial de la cual adquirieron perros genéticamente distintivos de otras regiones.

Los perros nos han acompañado por miles de años y para algunas comunidades, han sido y continúan siendo esenciales. En el región ártica de Siberia, las personas mantienen un vínculo estrecho con los canes desde hace más de 9500 años. Hasta la fecha, los perros ayudan a los humanos en actividades como transporte y pastoreo.

De Siberia al Mediterráneo

En una región inhóspita, donde la temperatura baja hasta los -20°C y no supera los 5°C, uno pensaría que pocos viajeros se animarían a recorrer las tierras siberianas. De hecho, los científicos pensaban que los locales y sus perros habían estado aislados del resto del mundo durante mucho tiempo. Esta hipótesis se sustentaba en el acervo genético de los siberianos, que muestra poco intercambio de ADN con personas fuera de la región. 

Esta idea empezó a cambiar cuando se descubrieron cuentas de vidrio y artículos de metal no locales, sepultados junto a perros de 2000 años cerca a la península de Yamal. Estos hallazgos indicaban que las comunidades del noroeste de Siberia estaban conectadas a una red comercial extendida más allá del Ártico. Los recientes análisis de ADN de perros siberianos, sugieren que esta red se extendía hasta el Mediterráneo y el Mar Caspio.

Huesos y piel

Los perros han evolucionado tan cerca a nosotros que están conectados con nuestra forma de vida, en unas culturas más que otras, como es el caso de los siberianos. Por ello, los especialistas afirman que rastrear el ADN canino es una herramienta valiosa para comprender el movimiento humano, «como las migraciones e incluso las interacciones comerciales». Así pues, este caso no sería el primero, ya se ha utilizado el ADN de perro antiguo para rastrear la llegada de humanos a América.

Cuando Tatiana Feuerborn, arqueóloga de la Universidad de Copenhague, leyó en las noticias sobre la evidencia arqueológica quería ver si podía usar restos de perros de 2.000 años y otros de Siberia para revelar si existía una antigua red comercial. Así, su equipo de investigación analizó  el ADN de los restos de 49 perros siberianos. Las muestras incluían desde fragmentos de huesos de 11.000 años de antigüedad hasta capuchas de piel utilizadas por los exploradores del Ártico a principios del siglo XX.

El equipo encontró que los perros siberianos, comenzaron a mezclarse con otras poblaciones de perros de las estepas euroasiáticas, el Cercano Oriente e incluso Europa desde hace 7.000 años. La red comercial habría ayudado a transmitir nuevas ideas y tecnologías al Ártico, como la metalurgia, y facilitado la transición de la sociedad siberiana de la búsqueda de comida a la cría de renos en los últimos 2.000 años.

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