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Los pequeños lémures pueden ayudarnos a resolver los secretos de la hibernación en primates

Lemur hibernando / Lydia Greene

Un grupo de lémures de cola gruesa está despertando luego de un periodo de hibernación de 4 meses. ¿Qué tiene de especial esa “siesta”? Es la primera vez que estos primates en cautiverio pueden hibernar como sus pares salvajes de Madagascar. Los detalles de la investigación fueron publicados en Scientific Reports.

Los hallazgos ayudarán a mejorar el cuidado de los lémures en cautiverio. Asimismo brindarán a los científicos nuevas formas de estudiar los trucos biológicos utilizados por los animales que hibernan para resistir los extremos ambientales.

Pequeños primates

Los lémures enanos de cola gruesa pasan hasta siete meses hibernando cada año dependiendo de las condiciones. Esta táctica de supervivencia extrema ha sido utilizada por muchos mamíferos durante 250 millones de años.

Los lémures enanos, que utilizan reservas de grasa en la cola para resistir el invierno de Madagascar, son nuestro pariente primate hibernante más cercano. Para ahorrar energía en hibernación, su frecuencia cardíaca casi se estabiliza, su temperatura corporal cae en picado y su respiración se ralentiza. Se ha observado que en un lémur en hibernación pasan 21 minutos entre sus respiraciones.

Estudiar animales que hibernan ayudarían algún día a mejorar la salud humana. Así como a desarrollar tecnologías que permitan viajes espaciales de larga distancia, hacer que una cirugía sea más segura e incluso prevenir enfermedades.

En el estudio, el equipo de investigación monitoreó 8 lémures enanos, descendientes de algunos animales salvajes traídos al Centro Duke Lemur hace décadas. Los animalitos fueron inducidos en un invierno artificial de meses para ver si eran capaces de hibernar al igual que sus contrapartes salvajes.

Falso invierno

Luego de varios traspiés, demostraron que los lémures enanos son capaces de mantener una hibernación de meses en cautiverio. Este hecho respalda la idea de que la hibernación está biológicamente programada en estos animales y puede reactivarse en las condiciones adecuadas.

Antes de refugiarse, los animales fueron equipados con transmisores de radio para medir su frecuencia cardíaca y la temperatura de la piel. Además, los científicos alojaron a los primates en cajas de madera diseñadas para imitar los huecos de los árboles, ajustados con temperatura controlada.

Graduaron las luces para que coincidieran con las cortas horas invernales en Madagascar. También bajaron el termostato a 10 grados centígrados y limitaron su alimento, luego observaron y esperaron.

De octubre a febrero, los lémures pasaron casi las tres cuartas partes de su tiempo en cámara lenta metabólica: acurrucados, frescos al tacto, apenas moviéndose o respirando, todo en un tiempo de hasta 11 días seguidos, mostrando poco interés en la comida.

Despertando

Sorprendentemente, pocos estudios previos han experimentado con la restricción de alimentos a los animales en cautiverio, a pesar de que la hibernación es una estrategia extrema de ahorro de energía utilizada para sobrevivir cuando los alimentos escasean.

Los lémures, ahora despertando de su letargo de meses, lucen saludables, informaron los investigadores. Su frecuencia cardíaca oscila entre los 8 latidos por minuto (lpm) a alrededor de 200 lpm, y con ello, su apetito.

Ahora el equipo busca planificar más estudios en el período previo al invierno del próximo año. Creen que los lémures longevos albergarían secretos para envejecer bien.

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