Los microbios intestinales pueden influir en los casos de “COVID largo”, según estudio

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Los microbios intestinales pueden influir en los casos de “COVID largo”, según estudio

Los microbios que viven en nuestro interior también podrían estar jugando un rol en nuestra respuesta frente a la COVID 19 / Pixabay

Uno de los aspectos más insidiosos y menos comprendidos de la COVID 19 es su efecto a largo plazo en la salud de los pacientes. Este fenómeno, llamado “COVID largo”, afecta a alrededor del 32% de las personas que se infectan con el nuevo coronavirus SARS-CoV2. Ahora, una nueva investigación publicada en Gut, sugiere una relación con nuestro microbioma intestinal.

El estudio, llevado a cabo por científicos de la Universidad China de Hong Kong (CUHK), ha encontrado que la composición del microbioma intestinal en el momento de la infección puede afectar si alguien experimenta un COVID prolongado. La investigación también concluye que las bacterias intestinales pueden afectar la gravedad de los síntomas durante la infección.

El microbioma intestinal influye en nuestra salud. El intestino alberga billones de microorganismos, incluidos más de 1000 especies de bacterias. Algunas ayudan a digerir los alimentos y pueden reducir el riesgo de desarrollar ciertas enfermedades. Otras pueden contribuir al desarrollo de ciertos tipos de cáncer, obesidad e incluso afectar la salud mental.

A veces, las bacterias en el intestino pueden desequilibrarse, algo que los científicos denominan disbiosis. Esto puede ocurrir como resultado de tomar antibióticos o comer una dieta de alimentos altamente procesados. La disbiosis puede contribuir al desarrollo de problemas de salud.

El estudio

Los investigadores recolectaron muestras de sangre y heces de 100 pacientes que dieron positivo al SARS-CoV-2 entre febrero y mayo de 2020 en dos hospitales de Hong Kong. Compararon los datos recopilados de estos individuos con muestras obtenidas de 78 participantes antes de que comenzara la pandemia.

El estudio mostró que los pacientes con COVID-19 tenían un mayor número de ciertas bacterias, como Ruminococcus gnavus, Ruminococcus torques y Bacteroides dorei. La presencia de R. gnavus, llamó la atención porque es una bacteria asociada con la enfermedad inflamatoria intestinal.

Las muestras de aquellas personas con COVID-19 también tenían un número reducido de otras especies de bacterias que aquellas sin el virus. Tenían recuentos más bajos de Bifidobacterium adolescentis, Faecalibacterium prausnitzii y Eubacterium rectale. Estas especies tienen «potencial inmunomodulador», según los investigadores.

Además, el equipo encontró niveles elevados de citocinas en personas que tenían el virus. Las citocinas son importantes para la comunicación celular; el sistema inmunológico produce citocinas inflamatorias en respuesta a infecciones virales.

COVID largo

Como se sabe, se cree que durante el COVID-19, la respuesta inflamatoria del cuerpo puede ser “demasiado agresiva” y causar una tormenta de citocinas. Esto puede causar daño tisular generalizado, shock séptico e insuficiencia multiorgánica.

“Las asociaciones entre la composición de la microbiota intestinal, los niveles de citocinas y los marcadores inflamatorios en pacientes con COVID-19 sugieren que el microbioma intestinal está involucrado en la magnitud de la gravedad de COVID-19”, dicen los autores. “Posiblemente a través de la modulación de las respuestas inmunitarias del huésped”, agregan.

Por eso, los investigadores mencionan que los médicos deben tener precaución si deciden usar antibióticos para tratar a alguien con COVID 19. Además, los investigadores creen que las bacterias intestinales podrían desempeñar un papel en el desarrollo del COVID largo.

“A la luz de los informes… postulamos que el microbioma intestinal disbiótico podría contribuir a problemas de salud relacionados con el sistema inmunológico posteriores al COVID-19”, escriben los científicos.

Finalmente, el estudio recuerda la importancia de tener una microbiota saludable, independientemente de si exista o no una relación de causalidad con la COVID 19. Y en este último caso, la investigación podría abrir una línea de tratamiento y prevención para la enfermedad.