A lo largo de la historia natural de nuestro planeta han ocurrido cinco extinciones masivas de biodiversidad, todas causadas por fenómenos naturales. Drásticos, sí, pero naturales. Sobre una posible sexta extinción, el debate es aún extenso. Los especialistas en conservación han acumulado evidencia durante décadas que alerta sobre la drástica disminución de especies. A pesar de ello, algunos no aceptan que esto se considere como una Sexta Extinción Masiva.
«Las tasas de extinción de especies aumentaron drásticamente y la disminución de la abundancia de muchas poblaciones de animales y plantas está bien documentada, pero algunos niegan que estos fenómenos equivalgan a una extinción masiva», señala el biocientífico Robert Cowie de la Universidad de Hawái en Manoa.
Cowie es coautor de una reciente publicación en Biological Reviews, donde explican que la postura negacionista se basa en la Lista Roja de la UICN. Sin embargo, de acuerdo a los investigadores, la Lista Roja no refleja completamente la realidad.
«La Lista Roja está muy sesgada. Casi todas las aves y mamíferos, pero solo una pequeña fracción de los invertebrados, han sido evaluados según los criterios de conservación».
Sesgo
Son, justamente, los invertebrados quienes reciben la atención de Cowie y sus colegas:
«La incorporación de estimaciones del número real de extinciones de invertebrados lleva a la conclusión de que la tasa supera con creces la tasa de fondo y que, de hecho, podemos estar presenciando el comienzo de la Sexta Extinción Masiva.»
Para resaltar la gran escala de pérdida de biodiversidad que se pasa por alto en las cifras de la UICN, los investigadores se centraron en los moluscos, que constituyen el segundo filo más grande de animales invertebrados después de los artrópodos. De hecho, los invertebrados representan cerca del 97% de las especies animales conocidas.
El estudio sugiere que, desde 1500 e.c., se ha extinguido entre el 7.5 y 13% de las 2 millones de especies de plantas y animales conocidas.
No obstante, algunas especies manejan mejor la crisis actual, por ello hay extinciones de especies marinas y de plantas que aún no parecen tan graves como la tasa de extinciones observada en muchos animales terrestres.
Responsabilidad moral
Este trabajo se suma a tantos otros que advierten sobre la desaparición de las especies a un ritmo acelerado. Lamentablemente, no sabemos si estas tendencias drásticas se pueden detener, pero ciertamente, «negar la crisis o no actuar al respecto es una derogación de nuestra responsabilidad moral«.
«Negar la crisis, simplemente aceptarla y no hacer nada, o incluso aceptarla en beneficio ostensible de la humanidad, no son opciones apropiadas. Allanan el camino para que la Tierra continúe en su triste trayectoria hacia una Sexta Extinción Masiva.»
Los autores hacen un llamado a los científicos y conservacionistas para que sigan alertando sobre la crisis de la biodiversidad. Además, es necesario continuar alimentando la «apreciación humana innata» de la biodiversidad.
«Los biólogos de la conservación dedicados y las agencias de conservación hacen lo que pueden. Están centrándose principalmente en las aves y los mamíferos amenazados, entre los cuales algunas especies podrían salvarse de la extinción.»