Durante décadas, la humanidad ha acariciado el sueño de conquistar el espacio, y en los últimos años, se ha acercado a realizarlo gracias al auge de la industria espacial comercial. La exploración espacial ya no será exclusiva de astronautas y agencias espaciales gubernamentales. Sin embargo, antes de iniciar la «gran migración» hacia el espacio, hay muchos desafíos por resolver. Por ejemplo, el impacto de la exposición prolongada a la microgravedad y la radiación espacial en la salud humana.
Entre los numerosos estudios que abordan este tema, uno destaca por considerar un aspecto a menudo pasado por alto: nuestro microbioma. Esta investigación analiza cómo el tiempo en el espacio puede afectar a nuestras bacterias intestinales, que son fundamentales para mantenernos sanos y estables.
¿Qué es el microbioma y por qué es tan importante?
El microbioma comprende todos los microorganismos que viven sobre y dentro de nuestro cuerpo, como bacterias, hongos y virus. Estos son clave en la interacción que tenemos con el entorno. Algunos se encargan de modificar los agentes extraños para que sean más dañinos, mientras que otros actúan como un escudo contra las toxinas. Por lo tanto, no sorprende que, según este estudio, la microbiota de los astronautas se vea sometida a un estrés elevado debido a la microgravedad y la radiación espacial, incluidos los rayos cósmicos galácticos (GCR).
Efectos sobre el microbioma
Los autores resaltan la importancia de estudiar el microbioma humano en el espacio, particularmente en la Estación Espacial Internacional (ISS), un entorno que, a pesar de estar sellado herméticamente, alberga numerosos microorganismos.
La resistencia creciente a los antibióticos también podría ser una amenaza para la vida de los astronautas, quienes enfrentan riesgos de lesiones e infecciones durante misiones prolongadas. Además, los viajes espaciales y la exposición prolongada a la microgravedad pueden debilitar su sistema inmunológico, reduciendo su resistencia natural a los microorganismos, especialmente aquellos con altos niveles de resistencia a la radiación, el calor, los rayos UV y la desecación
Por estas razones, es crucial realizar más investigaciones para comprender mejor cómo los microorganismos, incluido nuestro microbioma, se adaptan y sobreviven en el ambiente espacial.