Por primera vez, se ha registrado a un grupo de orcas cazando y matando ballenas azules. Este suceso pone fin a una recurrente interrogante entre la comunidad científica: ¿pueden las orcas asesinar al animal más grande del mundo?. Sí, pueden.
Las orcas son comúnmente llamadas «ballenas asesinas», un nombre que siembra confusión, pues no son ballenas. Están clasificadas dentro de la familia Delphinidae, y son, por lo tanto, los delfines más grandes que existen. Las ballenas y las orcas son cetáceos, pero ambos grupos se separaron hace muchos años. También las separa una gran diferencia de tamaño; mientras que las orcas alcanzan los 9 metros, las ballenas azules pueden medir hasta 30 metros.
A pesar de esa diferencia, los científicos marinos del Cetrec WA (Cetacean Research) registraron tres casos de manadas de orcas que atacaron ballenas azules en la costa de Australia Occidental. Los registros incluyen detalles perturbadores de cómo las orcas nadaban dentro de la boca de las enormes ballenas para comerse su lengua justo antes de morir.
En el reporte publicado en Marine Mammal Science, los investigadores escriben:
«Aquí proporcionamos la primera documentación de orcas matando y comiendo ballenas azules: dos individuos asesinados, con 16 días de diferencia en 2019, y un tercero en 2021. Notablemente, la primera ballena capturada parecía ser un adulto sano».
Los tres ataques
Sobre la primera matanza, los investigadores explican que se trataba de una ballena de 21.95m de largo. En la escena se toparon con grandes trozos de piel y grasa que habían sido arrancados. La aleta dorsal había sido arrancada de un mordisco. Las orcas atacaron coordinadamente e implacables: tres se alinearon contra la ballena azul y la empujaron bajo el agua, mientras que otras dos atacaron su cabeza.
En el reporte escriben que, 50 orcas se unieron a la manada durante seis horas para alimentarse del cadáver.
El segundo ataque ocurrió dos semanas después, la víctima fue una cría de ballena azul de no más de 12 metros y fue perpetuado por 12 orcas. La víctima del tercer ataque registrado no era mucho más grande que la segunda. Se trataba de una ballena de 14 metros que fue perseguida por 24 km y se defendió durante 90 minutos.
La estrategia del ataque fue la misma que con la primera víctima: empujar y embestir a la ballena bajo el agua mientras otros atacaban su cabeza y lengua.
Las hembras dirigen los ataques
Antes de registrar estos ataques, los biólogos marinos pensaban que los agresores eran machos grandes y fuertes. Sin embargo, el estudio documenta que en realidad son las hembras las que dirigen los ataques. Los investigadores explican que su motivación es alimentar a sus crías, un impulso que puede hacerlas más agresivas.
«Este es el evento de depredación más grande del planeta: el depredador ápice más grande derribando a la presa más grande«, dijo a National Geographic el coautor del estudio, Robert Pitman, ecólogo marino del Instituto de Mamíferos Marinos de la Universidad Estatal de Oregón.
Puedes ver las imágenes registradas, aquí.