Los astrónomos han descubierto miles de exoplanetas, de los cuales muy pocos han podido ser fotografiados directamente, pues son muy difíciles de ver con los telescopios existentes. Aun así, un científico logró captar una imagen del exoplaneta más cercano a la Tierra jamás encontrado. La investigación fue publicada en The Astrophysical Journal Letters.
Su nombre es COCONUTS-2b y orbita una estrella llamada COCONUTS-2 (COol Companions ON Ultrawide orbiTS). No solo es el exoplaneta con imágenes directas más cercano a la Tierra hasta la fecha (a solo 35 años luz), también es un gigante gaseoso masivo y relativamente frío.
“Con un planeta masivo en una órbita de separación súper amplia, y con una estrella central muy fría, COCONUTS-2 representa un sistema planetario muy diferente a nuestro propio Sistema Solar”, afirmó el astrónomo Zhoujian Zhang del Instituto de Astronomía de la Universidad de Hawai’i.
Métodos de detección
Los métodos más comunes para detectar un exoplaneta se basan en dos efectos que estos pueden tener en una estrella anfitriona. El primero es el método de tránsito, que se centra en los cambios de la luminosidad de una estrella, cuando el planeta pasa frente al astro y nosotros.
El segundo método es el de velocidad radial, enfocado en cómo cambia la longitud de onda de la luz de una estrella. Mientras el exoplaneta la orbita, ejerce una ligera influencia gravitacional la cual hace que la estrella se mueva minuciosamente. Al moverse en un pequeño movimiento circular, la longitud de onda de su luz cambia ligeramente a medida que se acerca y se aleja de nosotros.
Ambos métodos son los más aptos para detectar exoplanetas masivos y cercanos a la estrella. Los cuerpos deben ser grandes porque así la señal será más grande y fácil de discernir, y cercanos ya que orbitan rápidamente. Esto significa que los astrónomos pueden obtener señales repetidas para confirmar que se trata de un cuerpo en órbita y no un objeto que pasa al azar.
COCONUTS-2b
Sin embargo, fue la gran distancia desde su estrella anfitriona, (alrededor de 6.471 unidades astronómicas) lo que hizo visible a COCONUTS-2b en imágenes directas. A esa distancia, su período orbital es de aproximadamente 1,1 millones de años.
Se lo pudo observar gracias a que, para ser un exoplaneta gigante gaseoso, todavía es bastante cálido. COCONUTS-2b tiene una temperatura de alrededor de 434 Kelvin (161 grados Celsius), a pesar de su distancia con la estrella.
Además, el exoplaneta masivo, de seis veces la masa de Júpiter, es bastante joven con alrededor de 800 millones de años. Su temperatura cálida parte del calor residual de su formación, atrapado en su interior. Este calor significa que el exoplaneta brilla débilmente en longitudes de onda infrarrojas, lo suficiente como para ser discernible en imágenes directas.
Su enorme distancia orbital también tendrá otros beneficios para futuras investigaciones. Nos ayudará a comprender mejor cómo se forman los gigantes gaseosos (proceso que todavía no entendemos muy bien). El analizarlo más de cerca es útil para discernir la diversidad de los gigantes gaseosos.