Un equipo de astrónomos concluyó, en base a un exhaustivo análisis, que el Sol tiene un hermano “gemelo malvado”. Pero no se trataría de un “Némesis”, como informó la prensa en 2017. El trabajo al que se hace referencia fue publicado en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.
El estudio habla sobre una vieja teoría de que nuestra estrella tiene un hermano gemelo malvado. Esa estrella orbitaría a unos 1,5 años luz de distancia y provocaría una lluvia de cometas en la Tierra cada 26 millones de años. Entre otras cosas, esta estrella habría llevado a la extinción de los dinosaurios.
Sin embargo, la investigación no tiene nada que ver con la teoría de Némesis, de la que se duda fuertemente. Los autores afirman que las estrellas individuales han soltado por completo a su hermano gemelo poco después del nacimiento.
El estudio
Lo que los astrofísicos sí afirman es que todas las estrellas de baja masa nacen en un sistema estelar binario. Ya se sabía que las estrellas jóvenes tienen más compañeras que las estrellas más viejas. Esto implica que las estrellas a menudo nacen en un sistema estelar binario.
Para averiguar con que frecuencia ocurría esto, los astrofísicos de la UC Berkeley y el Observatorio Astrofísico Harvard-Smithsonian recurrieron a la nube de Perseo. Esta es una nube molecular en la constelación de Perseo, que también es una especie de guardería estelar. La nube consta de diferentes tipos de moléculas, que se agrupan para formar nuevas estrellas.
Los astrofísicos investigaron la relación entre estrellas individuales y estrellas binarias en la nube de Perseo. Asimismo, observaron qué tan separadas están las gemelas en los sistemas estelares binarios. Pusieron todos esos datos en un modelo de computadora, que usaron para simular la formación de estrellas en la nube de Perseo.
Las simulaciones mostraron que solo hay una forma de explicar la distribución actual de estrellas y binarias en la nube de Perseo. Debemos asumir que cada estrella nace en un amplio sistema binario.
El término “amplio” aquí significa que las estrellas están bastante separadas al nacer: más de 500 veces la distancia de la Tierra al Sol. Entonces hay dos posibilidades: el 40% de las mitades gemelas se acercan, o los gemelos restantes se separan completamente entre sí en un millón de años.
El caso del Sol
Si efectivamente estas son las únicas opciones, al Sol le ocurrió la segunda. Las mitades gemelas se separaron poco después de nacer, y ahora el hermano de nuestra estrella vaga por la galaxia en un lugar virtualmente imposible de encontrar. Debido a que son gemelos fraternos, es imposible determinar qué estrella alguna vez estuvo vinculada al Sol.
Se necesita más investigación sobre la formación de estrellas en otras nubes moleculares para confirmar la conclusión de los astrofísicos. El modelo es bastante simple: puede haber otras formas en que se formen estrellas individuales que no incluyeron en su modelo.
“No tengo ninguna duda sobre el resultado”, dijo en aquella ocasión Simon Portegies Zwart, astrofísico de la Universidad de Leiden. “[Pero] solo concierne a estrellas con una masa relativamente baja, y realmente solo en una región específica de formación de estrellas”, agregó.