Una nueva investigación señala que el aislamiento social es un factor de riesgo para la demencia.
Luego de analizar imágenes cerebrales de más de 30 mil adultos del Biobanco del Reino Unido, investigadores encontraron que los volúmenes de materia gris de las partes del cerebro responsables de la memoria y el aprendizaje son más bajos en personas socialmente aisladas.
Los resultados presentados en la revista Neurology, mostraron que el aislamiento social se asoció con un riesgo de demencia mayor a un 26%. Esto teniendo en cuenta una serie de variables de riesgo, como el nivel socioeconómico, enfermedades crónicas, estilo de vida, depresión y el genotipo ApoE.
Aislamiento social y soledad
La soledad también fue relacionada con la demencia, aunque no después de controlar la depresión, que representó el 75% de la conexión entre la soledad y la demencia. Esto indicaría que, en contraste con la experiencia subjetiva de la soledad, el aislamiento social objetivo es un factor de riesgo independiente para desarrollar demencia.
Así lo explica el profesor Edmund Rolls, neurocientífico del Departamento de Ciencias de la Computación de la Universidad de Warwick:
“Existe una diferencia entre el aislamiento social, que es un estado objetivo de bajas conexiones sociales, y la soledad como un aislamiento social percibido subjetivamente. Ambos tienen riesgos para la salud pero, utilizando el extenso conjunto de datos multimodales del Biobanco del Reino Unido y trabajando de forma multidisciplinaria vinculando las ciencias computacionales y la neurociencia, hemos podido demostrar que se trata de aislamiento social, […] pudiendo usarse como predictor o biomarcador de demencia en el Reino Unido”.
Adultos mayores aislados
El análisis de subgrupos adicionales del estudio encontró que el impacto es más notorio en las personas mayores de 60 años.
El profesor Jianfeng Feng, del Departamento de Ciencias de la Computación de la Universidad de Warwick, alienta a encontrar maneras de evitar el aislamiento social en adultos mayores:
“Resaltamos la importancia de un método ambiental para reducir el riesgo de demencia en adultos mayores al garantizar que no estén socialmente aislados. Durante cualquier encierro por pandemia en el futuro, es importante que las personas, especialmente los adultos mayores, no experimenten aislamiento social”.
“Ahora que conocemos el riesgo del aislamiento social para la salud cerebral y la demencia, es importante que el gobierno y las comunidades tomen medidas para garantizar que las personas mayores se comuniquen e interactúen con los demás regularmente«, concluye Barbara J Sahakian, del departamento de psiquiatría de la Universidad de Cambridge.