Investigadores de la Universidad de Arizona han desarrollado una tecnología que permitiría a una bandada de robots explorar entornos subterráneos en otros mundos. Este sistema ayudaría a astronautas en Marte en su búsqueda de hábitats. La información se encuentra publicada en Advances in Space Research.
El trabajo liderado por el profesor Wolfgang Fink detalla una red de comunicación que vincularía rovers, módulos de aterrizaje en lagos e incluso vehículos sumergibles a través de una red de topología de malla. El propósito es que las máquinas trabajen juntas como un equipo, independientemente de la intervención humana.
El enfoque será útil para superar la limitada capacidad que tiene la tecnología actual cuando se trata de atravesar entornos seguros en cometas, asteroides, lunas y cuerpos planetarios.
Concepto «Hansel y Gretel»
El sistema funciona con sensores miniaturizados montados sobre los rovers. Estos deberán desplegarlos a medida que atraviesan una cueva u otro entorno subterráneo. Al mismo tiempo, los rovers supervisarán continuamente su entorno, siendo conscientes de su ubicación en el espacio.
Los robots avanzan por su cuenta conectados entre sí a través de una conexión de datos inalámbrica, desplegando nodos de comunicación a lo largo del camino. Si detecta que la señal se está desvaneciendo pero aún está dentro del alcance, deja caer un nodo de comunicación.
El nuevo concepto encaja con el paradigma de reconocimiento escalable por niveles ideado por Fink y sus colegas a principios de la década de 2000. Esta idea prevé un equipo de robots que operan en diferentes niveles de mando. Un caso podría ser un orbitador controlando un dirigible, que a su vez controla uno o más rovers en tierra.
El enfoque “migas de pan” lleva la idea un paso más allá al proporcionar una plataforma robusta que permite a los exploradores robóticos operar bajo tierra o incluso sumergidos en entornos líquidos. El nombre, claramente, deriva del cuento Hansel y Gretel.
Otros usos
En lugares como Europa o Titán, que requieren robots sumergibles, el sistema podría consistir en un módulo de aterrizaje conectado al submarino. Aquí los nodos de comunicación actuarían como repetidores, aumentando la señal en intervalos regulares para evitar que se degrade.
«Imagina que llegas hasta Europa, te abres camino a través de kilómetros de hielo y llegas al océano subterráneo, donde te encuentras rodeado de vida extraterrestre; pero no tienes forma de llevar datos a la superficie. Ese es el escenario que debemos evitar», comenta Fink.
Fink afirma que el concepto tiene otros desafíos además de llevar a los rovers dentro del entorno subterráneo. El principal es la necesidad de desarrollar sensores miniaturizados que sean lo suficientemente pequeños como para ser desplegados por los rovers sin interrumpir su movimiento.
El concepto también podría tener aplicaciones en la Tierra. Dichos enjambres de robots autónomos individuales serían útiles en los esfuerzos de búsqueda y rescate a raíz de los desastres naturales en la Tierra.