Sobre el origen de la vida en la Tierra se manejan varias hipótesis; no lo sabemos con certeza, pero una de las propuestas más solidas es la de los «bloques de la vida» extraterrestres. Esta hipótesis sugiere que las moléculas precursoras de vida, como las bases nitrogenadas que forman las cadenas de ADN, llegaron del espacio exterior.
Las también llamadas nucleobases derivan de dos tipos de moléculas, la purina y la pirimidina; por lo tanto, existen bases púricas y pirimidínicas. Posiblemente, diversos compuestos orgánicos, incluyendo las nucleobases, llegaron a la Tierra primitiva durante el último bombardeo intenso (hace 4000 y 3800 millones de años). «La afluencia de estos compuestos orgánicos tuvo un papel importante en la evolución química de la etapa primordial de nuestro planeta».
La evidencia que sustenta la hipótesis es el material orgánico encontrado en meteoritos. El número de nucleobases detectadas en meteoritos hasta la fecha es como máximo ocho: siete bases de purina y una base de pirimidina. Este número se contrasta con los 96 aminoácidos diferentes que se han identificado en el meteorito de Murchison.
La falta de diversidad de pirimidinas en los meteoritos sigue siendo un misterio, ya que los modelos y experimentos de laboratorio predicen que pueden ser producidas a partir de precursores químicos que se encuentran en los meteoritos.
Meteoritos carbonosos
En tal sentido, un grupo de investigadores de la Universidad de Hokkaido ha probado nuevas técnicas analíticas y extremadamente sensibles para estudiar tres meteoritos ricos en carbono. Las técnicas usadas se caracterizan por permitir la cuantificación a pequeña escala de moléculas orgánicas, en este caso nucleobases.
Los meteoritos analizados impactaron en nuestro planeta hace un tiempo, pero se formaron probablemente en las primeras etapas del Sistema Solar o antes. Las tres rocas carbonosas consideradas en el estudio fueron el meteorito Murchison (Australia,1969), el meteorito Murray (Kentucky, 1950) y el meteorito Tagish Lake (Columbia Británica, 2000).
Los experimentos que simularon el contenido de los materiales espaciales sugirieron la presencia de varias nucleobases, «eso significa que estas clases de compuestos orgánicos están presentes de manera ubicua en entornos extraterrestres tanto dentro como fuera del Sistema Solar».
«Detectamos una amplia variedad de nucleobases de pirimidina y sus isómeros estructurales de ambos extractos de Murchison, la mayoría de los cuales no habían sido detectados previamente en meteoritos«, informaron los autores.
Reacciones fotoquímicas
Los análisis químicos también demostraron una similitud en la distribución molecular de las pirimidinas en los meteoritos y en los análogos del hielo interestelar procesados por fotones. Según el equipo, algunos de estos derivados podrían haber sido generados por reacciones fotoquímicas que prevalecen en el medio interestelar y luego incorporados a los asteroides durante la formación del Sistema Solar.
Obtendremos más información sobre esta idea a medida que las misiones de muestra a los asteroides Ryugu y Bennu nos proporcionen más material extraterrestre para examinar. No obstante, este estudio demuestra que una diversidad de nucleobases habría servido como bloques de construcción de ADN y ARN en la Tierra primitiva. Las muestras no contaminadas permitirán a los investigadores establecer con más certeza si estas moléculas fueron traídas aquí por meteoritos.