Gracias a las 123 984 imágenes de resonancia magnética (IRM) de 101 457 personas ahora tenemos una base de datos tan compleja que podemos ver todas las etapas del cerebro a lo largo de nuestra vida.
BrainChart
Más de 100 estudios suman los gráficos cerebrales con los que se ha desarrollado la base de datos, disponible en línea. Estos escaneos cubren todas las etapas de la vida, desde un feto de 16 semanas hasta un adulto de 100 años. Además, se pueden observar las comparaciones a lo largo del tiempo, incluidas las mediciones de la materia blanca y gris, y el volumen de regiones específicas del cerebro.
Este trabajo es único en su tipo, jamás se había realizado una gráfica tan completa del cerebro humano. En palabras del neurocientífico Aaron Alexander-Bloch:
«No hay tablas de crecimiento estandarizadas para el desarrollo del cerebro como las que hay para otras métricas de crecimiento, entre ellas la altura y el peso, aun cuando sabemos que el cerebro pasa por muchos cambios a lo largo de la vida humana. Nuestro trabajo reúne una gran cantidad de datos de imágenes que seguirán aumentando. Esto permitirá evaluar el desarrollo del cerebro frente a medidas estandarizadas«.
Las imágenes cerebrales revelan hitos que no se habían notado antes, o sobre los que solo se había hecho una hipótesis. Por ejemplo, la velocidad a la que crece la materia gris. Esta aumenta rápidamente hasta los seis años, después de lo cual comienza a disminuir.
En contraste, el crecimiento de la materia blanca alcanza su punto máximo justo antes de los 29 años y empieza a disminuir en volumen a mediados de los 30.
Con lo que respecta al volumen de materia gris en la subcorteza (control de las funciones corporales y el comportamiento básico), alcanza su punto máximo a los 14 años, en promedio.
Dos millones de horas
Sobre el uso de las gráficas, uno podría ser el seguimiento de trastornos cerebrales como el Alzheimer, donde el cerebro está experimentando cambios anormales. En casos como este, la base de datos proporciona un punto de referencia comparativo para el tamaño y la condición de un cerebro saludable.
«Esto debería permitir efectivamente al neurólogo responder a la pregunta, ‘Esta área se ve atípica pero ¿qué tan atípica?'», señala el neurocientífico Richard Bethlehem de la Universidad de Cambridge en el Reino Unido. «Dado que la herramienta está estandarizada, no debería importar dónde se haya realizado el escáner cerebral».
Aunque todavía se requieren más datos y más refinamientos para que la base de datos sea usada clínicamente, ya representa una poderosa herramienta para investigadores.
El equipo de científicos, luego de invertir 2 millones de horas de trabajo, consiguió diseñar la base de datos para que nueva información y gráficos se puedan agregar fácilmente.
«Los gráficos ya están comenzando a proporcionar información interesante sobre el desarrollo del cerebro, y nuestra ambición es que en el futuro, a medida que integremos más conjuntos de datos y refinamos los gráficos, eventualmente se conviertan en parte de la práctica clínica de rutina».