Un equipo internacional de astrónomos ha descubierto dos gigantes gaseosos orbitando una estrella similar al Sol, ubicada a 175 años luz de distancia. El trabajo podría enseñarnos mucho sobre sistemas estelares como el nuestro y la posibilidad de encontrar vida en otros planetas. Los detalles están disponibles en el sitio de preimpresión arXiv.
A los beneficios se suman entender la variedad de sistemas que pueden orbitar estrellas similares al Sol y la evidencia cada vez mayor de que la arquitectura de un sistema planetario juega un papel importante en la habitabilidad de un planeta.
El sistema
La presencia de asteroides y cometas capaces de llevar ciertos ingredientes a un planeta es vital. Júpiter juega un papel importante en nuestro sistema solar, ya que protege el sistema interior del bombardeo constante de pequeñas rocas. El gigante gaseoso pastorea tanto el cinturón de asteroides como los asteroides que comparten su órbita.
Sin embargo, su inmensa gravedad también puede alterar las órbitas de esos cuerpos más pequeños, arrojándolos hacia el sistema solar interior. Al principio de la historia del sistema solar, Júpiter probablemente fue fundamental para ayudar a que esas rocas llegaran a la Tierra.
Buscar planetas similares a Júpiter es una buena opción. Los astrónomos han descubierto que los análogos de Júpiter se forman preferentemente alrededor de estrellas con metalicidades cercanas a la solar.
Para sorpresa de los científicos, los planetas de baja masa potencialmente habitables podrían ser comunes alrededor de estrellas que albergan un Júpiter frío. Los planetas pequeños del tamaño de la Tierra son más comunes que los planetas gigantes.
El descubrimiento
Desde 2014, los astrónomos liderados por Thiago Ferreira de la Universidad de Sao Paulo han estado buscando exoplanetas alrededor de estrellas similares al Sol. Para eso usaron el buscador de planetas de velocidad radial de alta precisión (HARPS) en el telescopio La Silla de 3,6 metros del Observatorio Europeo Austral en el desierto de Atacama.
El nombre de la estrella es HIP 104045 y parece ser una gemela casi perfecta del Sol. Tiene un contenido de metales casi idéntico, alrededor de 4.500 millones de años y solo 1,03 veces la masa del Sol. Cuando el equipo analizó la luz de HIP 104045, encontraron evidencia no de uno, sino de dos planetas.
El primero es un análogo de Júpiter con aproximadamente la mitad de la masa de Júpiter en una órbita de 6,3 años. Tiene una órbita entre 3 y 7 AU de la estrella, por lo que quizá juegue un papel importante similar al de Júpiter en nuestro propio Sistema Solar.
El segundo es un super-Neptuno, con aproximadamente 2,5 veces la masa de Neptuno en una órbita diurna de 316 días. Aunque es poco probable que sea un mundo rocoso como la Tierra, está ubicado en lo que se conoce como la zona habitable.
La búsqueda de vida extraterrestre sigue siendo un tema fascinante para los astrónomos y la población en general. Este descubrimiento nos ayuda a entender mejor cómo se forman los sistemas planetarios y la diversidad de mundos que pueden albergar estrellas parecidas al Sol. Esperemos algún día encontrar una segunda Tierra.