Un equipo de astrónomos ha revelado un hallazgo monumental dentro de la Vía Láctea. Se trata de una vasta estructura gaseosa en forma de onda repleta de cúmulos de estrellas nacientes. Los detalles se publicaron en Nature.
Esta estructura colosal ha sido nombrada Onda Radcliffe en honor al Instituto Radcliffe de Harvard, donde fue encontrada. Su forma única y extraño movimiento, que recuerda a las olas del mar, ha sorprendido a la comunidad científica.
Onda Radcliffe
El movimiento de la Onda Radcliffe fue decodificado por el astrofísico Ralf Konietzka de la Universidad de Harvard. Junto a su equipo, utilizó los movimientos de estrellas recién nacidas dentro de las nubes gaseosas para rastrear sus orígenes, revelando su naturaleza dinámica.
Este avance se logró en gran parte gracias al proyecto Gaia de la Agencia Espacial Europea. Gaia, una nave espacial que comparte la órbita de la Tierra alrededor del Sol, ha estado cartografiando la Vía Láctea durante varios años, utilizando el paralaje para medir con alta precisión las posiciones de las estrellas en tres dimensiones.
A pesar de ser la estructura coherente más importante que conocemos y de estar notablemente cerca de nuestro sistema solar, la Onda Radcliffe permaneció oculta hasta que la utilización de modelos 3D de alta resolución expuso su presencia.
El movimiento real de la onda, descubierto inicialmente en 2020, se confirmó más tarde en 2022 con la ayuda de una publicación actualizada de datos de Gaia, que reveló que los cúmulos de estrellas dentro de la onda se mueven de manera similar a una «onda viajera».
Este fenómeno muestra a los cúmulos moviéndose de arriba a abajo, creando un patrón que atraviesa el espacio. La oscilación de la onda, según Konietzka, está influenciada por la atracción gravitacional de la Vía Láctea.
Buscando su origen
Tras comprender el comportamiento de la Onda Radcliffe, los investigadores están profundizando en análisis más detallados para descubrir sus orígenes y los procesos de su formación. Las teorías incluyen explosiones de supernovas hasta el impacto de cuerpos extragalácticos, así como el choque de galaxias satélite enanas con la Vía Láctea.
El equipo también ha examinado el papel de la materia oscura en el movimiento de la onda. Sin embargo, ha llegado a la conclusión de que la influencia gravitatoria de la materia visible es, por sí misma, suficiente para explicar la dinámica observada en la onda.
Atravesando el cosmos
Dado que la Onda Radcliffe forma la columna vertebral del brazo espiral más cercano a la Vía Láctea, su descubrimiento sugiere que estos brazos de galaxias pueden ser más dinámicos de lo previamente pensado.
Además, plantea preguntas sobre la presencia y el impacto de estos fenómenos a lo largo del universo, abriendo un nuevo campo de investigación sobre las fuerzas que impulsan estas estructuras cósmicas y su significado en nuestra comprensión del cosmos.