Arqueólogos polacos inicialmente pensaron que estaban escaneando la antigua momia Hor-Djehuty, conservada en el Museo Nacional de Varsovia. Sin embargo, para su sorpresa, descubrieron que no se trataba de un hombre, sino de una mujer… embarazada. Los detalles fueron publicados en el Journal of Archaeological Science.
El Museo Nacional de Varsovia alberga una colección de antiguas momias egipcias, muy poco estudiadas. Esta era el caso de la momia Hor-Djehuty, donada en 1826 a la Universidad de Varsovia por Jan Wężyk-Rudzki. Recién en 2015, se inició un estudio a gran escala en el marco del proyecto Momias de Varsovia.
Hor-Djehuty
Wojciech Ejsmond del Instituto de Culturas Mediterráneas y Orientales de la Academia de Ciencias de Polonia, junto a sus colegas, realizó un estudio de exhibiciones previamente poco estudiadas. En particular analizaron la momia Hor-Djehuty.
Primero, comprobaron la datación y el origen de la momia. Realizaron una comparación de las tecnologías de momificación, las inscripciones en el ataúd y la tapa. La presencia de algunos artefactos indicó que el ataúd y la tapa probablemente se hicieron en el siglo I a.C. Según las inscripciones, pertenecían a un alto funcionario de Tebas.
Los arqueólogos sugirieron que su lugar de entierro probablemente era el templo funerario de Amenhotep, y no las tumbas reales de Tebas o la pirámide de Keops, como creían muchos predecesores.
Análisis
Las radiografías de la momia mostraron que el ataúd y la tapa fueron hechos para una persona diferente, y no para la momia donada a la universidad. Durante mucho tiempo, el sexo de la momia se definió como masculino, incluso en un estudio realizado en la década de 1990. No obstante, los datos obtenidos con métodos modernos indicaron sexo femenino.
Se sugiere que la momia fue colocada en el ataúd por accidente en la antigüedad o por comerciantes de antigüedades en el siglo XIX. Al mismo tiempo, coincidió la datación de la momia, el féretro y la tapa.
Todo los hizo concluir que probablemente provenían del mismo lugar de enterramiento. Los arqueólogos señalaron que estos casos no son raros y, según algunas estimaciones, hasta el 10% de las momias pueden no corresponder a los ataúdes en los que ahora se encuentran en las colecciones de los museos.
El examen de rayos X mostró que el cuerpo en su conjunto permanecía muy bien conservado, a pesar de estar parcialmente dañado, probablemente por los ladrones. Sus tejidos blandos, incluidos los órganos internos, se secaron y su cerebro fue extraído a través de la cavidad nasal.
Los vendajes en la parte superior del pecho se inspiraron en el pecho de una mujer, con objetos pequeños y redondos para imitar los pezones. En la parte inferior izquierda del abdomen, los científicos hallaron una incisión vertical en la piel que sirvió para extraer los órganos internos y luego devolverlos al cuerpo embalsamado.
Una mujer
Aunque la momia fue robada, varios artefactos permanecieron intactos, incluidos amuletos con forma de momia, los llamados “Cuatro Hijos de Horus”. También se toparon con un artefacto extremadamente raro sobre el ombligo en forma de anillo textil. Esto permitió a los científicos concluir que el cuerpo pertenecía a una mujer de alto estatus que vivió en el siglo I a.C.
El sexo del individuo fue confirmado por la presencia del feto, la mama y los órganos genitales femeninos visibles en las tomografías computarizadas. Un análisis del desgaste de los dientes mostró que la mujer murió entre los 20 y los 30 años.
El feto fue momificado con su madre, pero no extraído. La circunferencia de su cabeza es de 25 centímetros, permitiendo así estimar su edad entre 26 y 30 semanas. A los científicos les llamó la atención que el feto no se extrajo del útero, como fue el caso del corazón, los pulmones y otros órganos. Les resultó difícil encontrar la razón.
Este hallazgo es el único ejemplo conocido de una mujer embarazada momificada, al igual que la primera imagen de rayos X de su feto. Esta momia, según los arqueólogos, abrirá nuevas posibilidades para estudiar el embarazo en la antigüedad, incluso en el contexto de las creencias funerarias.