Titán, la luna de Saturno, acaba de ponerse aún más interesante. Una investigación publicada en The Astronomical Journal ha reportado la presencia de ciclopropenilideno (C3H2) en su atmósfera. Esta rara molécula de carbono es tan reactiva que solo puede existir en la Tierra en condiciones de laboratorio.
De hecho, es tan rara que nunca antes se había detectado en una atmósfera del Sistema Solar o de otro lugar. El único otro lugar donde puede permanecer estable es en el frío vacío del espacio interestelar. Pero puede ser un componente básico de moléculas orgánicas más complejas que algún día podrían dar lugar a la vida.
La rara molécula
El ciclopropenilideno no suele durar mucho en condiciones atmosféricas, porque reacciona muy rápido y fácilmente con otras moléculas, formando otros compuestos. Luego, una vez que lo hace, ya no es ciclopropenilideno.
El ciclopropenilideno puede existir en el espacio interestelar. Esto se debe a que, en ese ambiente, cualquier gas o polvo suele ser muy frío y difuso, por lo que los compuestos no interactúan mucho.
Sin embargo, Titán es muy diferente del espacio interestelar. La luna de Saturno tiene lagos y nubes de hidrocarburos, y una atmósfera predominantemente de nitrógeno, con un poco de metano. La atmósfera es 4 veces más espesa que la de la Tierra y debajo de la superficie, puede existir un enorme océano de agua salada.
¿Cómo se detectó el ciclopropenilideno?
La detección se logró gracias al telescopio ALMA en Chile. En el 2016, un equipo dirigido por el científico planetario Conor Nixon del Goddard Space Flight Center de NASA utilizó este telescopio para sondear la atmósfera de la luna en busca de moléculas orgánicas.
Los astrónomos detectaron una firma química desconocida en la tenue atmósfera superior, muy por encima de la superficie. Al compararla con una base de datos de perfiles químicos, el equipo identificó la molécula como ciclopropenilideno.
Es probable que la delgadez de la atmósfera a esa altitud contribuya a la supervivencia de la molécula, pero por qué aparece en Titán y en ningún otro mundo es un misterio. “Titán es único en nuestro Sistema Solar. Ha demostrado ser un tesoro de nuevas moléculas”, comenta Nixon.
Anillos moleculares
El ciclopropenilideno es de particular interés por la forma en la que se unen sus átomos de carbono, es una “molécula de anillo”. Aunque no se sabe si el ciclopropenilideno en sí desempeñe un papel biológico, las nucleobases del ADN y el ARN se basan en tales anillos moleculares.
Cuanto más pequeña es la molécula, más potencial tiene de formar bases biológicas. Se espera que las reacciones que involucran moléculas más pequeñas con menos enlaces ocurran más rápido que las que involucran moléculas más grandes y complicadas. Por eso, se espera que las reacciones que involucran moléculas más pequeñas den como resultado una gama más diversa de resultados.
Por otro lado, Titán ya es conocido por tener actividad química orgánica. El nitrógeno y el metano se descomponen a la luz del Sol, lo que desencadena una cascada de reacciones químicas. ¿Esas reacciones podrían resultar en vida? Parece que poco a poco seremos capaces de responder esa pregunta.