Un equipo de científicos ha descubierto un significativo desequilibrio energético estacional en Saturno. El hallazgo, publicado en Nature Communications, nos ayuda a comprender mejor el clima y la evolución de los planetas gigantes gaseosos.
«Es la primera vez que se observa un desequilibrio energético global a escala estacional en un gigante gaseoso”, afirma El físico Liming Li, de la Universidad de Houston. «Esto nos brinda nuevas perspectivas sobre la formación y evolución de los planetas, a la vez que cambia nuestra manera de entender la ciencia planetaria y atmosférica.»
Radiación fluctuante
La energía del Sol que alcanza a Saturno es absorbida y luego emitida como radiación térmica. Sin embargo, a diferencia de los planetas terrestres, Saturno y otros gigantes gaseosos también tienen fuentes internas de energía que influyen en su clima.
El equipo liderado por la científica atmosférica Xinyue Wang, de la misma universidad, analizó datos de la misión Cassini sobre el brillo de Saturno y descubrió algo sorprendente: la diferencia entre la energía que absorbe y la que emite puede variar hasta un 16%, fluctuando según las estaciones del planeta.
Este fenómeno se relaciona con su distancia al Sol, la cual varía debido a la forma elíptica de su órbita, una propiedad conocida como excentricidad. A medida que Saturno se acerca al Sol, recibe más radiación solar, lo que provoca este desequilibrio energético estacional. Esta variación es mucho más pronunciada que en la Tierra, cuya órbita es más circular.
Wang explica que los modelos y teorías actuales sobre la atmósfera, el clima y la evolución de los gigantes gaseosos asumen que el balance energético global es constante. Sin embargo, el descubrimiento de este desequilibrio estacional sugiere la necesidad de cuestionar y reevaluar todo.
Explicación
Este desequilibrio podría estar relacionado con la formación de enormes tormentas convectivas que penetran profundamente en la atmósfera de Saturno. Además, procesos similares podrían estar ocurriendo en otros gigantes gaseosos como Júpiter, cuya excentricidad es solo un poco menos pronunciada que la de Saturno.
El estudio nos permitirá entender mejor el clima terrestre, donde el desequilibrio energético es menos significativo pero aún presente, y el clima de Neptuno y Urano, cuyas características internas y externas son poco conocidas.
Según Wang, estos planetas también podrían experimentar desequilibrios energéticos considerables, especialmente Urano, debido a su alta excentricidad y gran inclinación.
En última instancia, esta investigación destaca las limitaciones de las observaciones actuales y ayudará a formular hipótesis verificables que beneficiarán futuras misiones espaciales.