Investigadores de la Universidad de Pittsburgh han identificado marcadores en la sangre que pueden determinar la edad biológica de una persona. Este estudio, publicado en la revista Aging Cell, promete transformar nuestra comprensión y manejo de la salud a medida que envejecemos.
La diferencia entre la edad cronológica, es decir, el número de años vividos, y la edad biológica, que se refiere al estado de desgaste de nuestras células y órganos, ha suscitado un creciente interés en la medicina geriátrica. La edad biológica proporciona una evaluación más precisa del estado de salud de una persona, incluido su riesgo de desarrollar enfermedades crónicas.
El equipo de investigación, liderado por la geriatra Aditi Gurkar, partió de la premisa de que individuos de la misma edad cronológica pueden presentar diferencias significativas en su salud y capacidad física debido a variaciones en su envejecimiento biológico.
Para ilustrar este punto, Gurkar compara dos individuos de 65 años, uno con un estilo de vida activo y otro con limitaciones físicas significativas, destacando cómo su misma edad cronológica no refleja sus diferencias en salud y vitalidad.
El trabajo
La investigación incluyó a 196 adultos mayores, divididos en dos grupos según su condición física y signos de envejecimiento. A través del análisis de muestras de sangre, se identificó 25 metabolitos distintivos que diferenciaban a los individuos que envejecen de manera saludable de aquellos con signos de envejecimiento acelerado.
Estos metabolitos forman parte del Índice Metabólico de Envejecimiento Saludable (HAM por sus siglas en inglés), que proporciona una visión única de los procesos biológicos subyacentes al envejecimiento. Su importancia radica en que son indicadores dinámicos de la salud, susceptibles de cambiar según el estilo de vida, la dieta y el entorno. El descubrimiento de estos marcadores abre la posibilidad de desarrollar análisis de sangre específicos para medir la edad biológica, lo cual podría revolucionar la medicina preventiva y terapéutica.
Importancia
La aplicación del índice HAM en un grupo separado de individuos demostró una precisión del 68% en la predicción de la edad biológica, un avance significativo en la búsqueda de herramientas diagnósticas más precisas y personalizadas. Con esto se espera que investigaciones adicionales ofrezcan mejores recomendaciones de estilo de vida y tratamientos específicos para «rejuvenecer» biológicamente a las personas, incluso antes de que aparezcan signos evidentes de enfermedad o deterioro.
El estudio de Gurkar no solo refuerza la idea de que el envejecimiento es un proceso complejo y multifacético, sino que también nos acerca a la posibilidad de intervenir de manera más efectiva en este proceso, mejorando significativamente la calidad de vida a medida que envejecemos.