Científicos han creado un robot en miniatura que recuerda al autómata de Terminator 2. El robotito cambia de forma, puede licuarse y reformarse, permitiéndole completar tareas en lugares de difícil acceso e incluso escapar de jaulas. Los detalles sobre el desarrollo fueron compartidos en Matter.
Ya existen robots suaves y maleables que se utilizan en espacios estrechos y delicados como los del cuerpo humano. Sin embargo, necesitamos que puedan cambiar de forma, alternar entre líquido a sólido, para que sean más fuertes y resistentes en su trabajo.
Robot maleable
Ahora, investigadores de la Universidad Carnegie Mellon y la Universidad China de Hong Kong han creado un robot de tamaño milimétrico a partir de una mezcla del metal líquido galio con piezas microscópicas de un material magnético hecho de neodimio, hierro y boro.
Al estar sólido, el material era lo suficientemente fuerte como para soportar un objeto de 30 veces su propia masa. Para que se ablande, se estire, se mueva o se derrita, los autores colocaron al robot cerca de imanes. Los campos magnéticos personalizados de los imanes ejercen fuerzas sobre las diminutas piezas magnéticas del robot, moviéndolas y deformando el metal circundante.
Para demostrarlo, estiraron un robot aplicando un campo magnético que atrajo estos gránulos en múltiples direcciones. Además, usaron un campo más fuerte para jalar las partículas hacia arriba, haciéndolo saltar.
Cuando el equipo utilizó un campo magnético alterno (cuya forma cambia de manera predecible con el tiempo) los electrones en el metal líquido del robot formaron corrientes eléctricas. El curso de estas corrientes a través del cuerpo del robot lo calentó y finalmente hizo que se derritiera.
Experimento y aplicaciones
Ningún otro material es mejor que el galio para cambiar tanto su rigidez. Aprovechando esta flexibilidad, el equipo hizo que dos robots transportaran y soldaran una pequeña bombilla en una placa de circuito.
Los robots simplemente se derritieron sobre los bordes de la bombilla para fusionarlos con el tablero. Así, la electricidad podría correr a través de sus cuerpos de metal líquido y encender la bombilla.
Los investigadores también realizaron un experimento dentro de un estómago artificial. Aplicaron otro conjunto de campos magnéticos para hacer que el robot se acerque al objeto intrusivo, se derrita sobre él y se arrastre. Eso no es todo, le dieron forma de Lego y lo ayudaron a escapar de una jaula licuándolo y haciéndolo fluir entre las barras. Una vez que el charco del robot goteó en un molde, volvió a su forma sólida original.
Estos robotitos serán bastante útiles en situaciones donde las manos robóticas tradicionales o humanas sean poco prácticas. Por ejemplo, podría reemplazar un tornillo perdido en una nave espacial al fluir hacia su lugar y luego solidificarse. No obstante, aún deben hacerse más avances en la tecnología.
Ahoraaa siii, el final está cerca…..😉.
Está claro que el hombre primero imagina y después hace.
Para cuando los agujeros de gusano?