Los gatos se han convertido en la nueva mascota favorita y aunque parezca que no necesitan de entrenamiento, requieren de nuestra ayuda para adaptarse a la convivencia con los humanos. Lauren Finka, especialista en comportamiento animal, ha revelado una serie de trucos muy útiles para los dueños de gatitos.

Son gatos, no perros

Lo primero que debemos aceptar es la historia evolutiva de los gatos. Estos no han sido criados selectivamente para que cooperen con nosotros en funciones como pastoreo, casa o vigilancia. Por ello, los gatos no tienen una afinidad innata hacia los humanos. Según la especialista, los gatos deben recibir un trato suave y cálido desde las dos semanas de edad para que aprendan que nosotros somos sus amigos y no sus enemigos.

La investigación, a pesar de ser limitada, muestra que los gatos pueden reconocer y responder a nuestras sutiles señales sociales, y ser entrenados para realizar tareas similares a las de los perros. Si bien, generalmente, no esperamos que los gatos sepan comportarse en la calle llevando una correa, tampoco necesitan que les enseñemos a controlar sus esfínteres, basta con mostrarles una vez la ubicación de su bandeja con arena sanitaria.

Finka segura que entrenar a las mascotas para hacernos la vida más fácil es tener una visión corta. En ese sentido, ella y su colega Daniel Cummings de la organización benéfica Cats Protection han trabajado para el beneficio de gatos en realojamiento. En un refugio así, el entrenamiento puede ser una herramienta útil para aumentar los comportamientos exploratorios de un gato, sus reacciones positivas hacia las personas e incluso sus posibilidades de ser adoptado.

Algunos consejos

A partir de su trabajo, los expertos pueden brindar algunos consejos para las personas que piensan adoptar a un gatito o que ya tienen uno y quieren mantener un espacio armonioso con su mascota.

Para evitar que el gato nos ataque podemos jugar con él usando varitas o juguetes de caña de pescar, así mantendremos a salvo nuestras manos y pies.

Los castigos como gritar, manipular bruscamente o usar un rociador de agua provocan estrés y comprometen la calidad de las relaciones entre el dueño y el gato.

Es recomendable, en su lugar, usar refuerzos positivos, como comida y mimos. Esta no solo es la forma más efectiva de entrenar a las mascotas, es también lo mejor para su bienestar. Las técnicas basadas en recompensas pueden ser una excelente manera de enseñar a un gato a entrar en un transportador por sí mismo o hacer que se siente tranquilamente mientras se le administra su tratamiento antipulgas.

Algunos gatos muy amigables motivados por la comida disfrutan que se les enseñe a chocar los cinco, a sentarse o girar. Sin embargo, los gatos a menudo están menos motivados que los perros para prestarnos atención o hacer lo que les pedimos, especialmente si no se sienten cómodos haciéndolo.

Comodidad y paciencia

Es importante asegurarnos que el felino esté en un lugar donde se sienta cómodo cuando realicemos cualquier entrenamiento con él. Nuestro gato debe tener la opción de alejarse o terminar la sesión cuando quiera. Hazlo descansar si te parece que está incómodo. Para saberlo debes observar si gira o sacude su cabeza, se lame su nariz, levanta la pata, tiene repentinos episodios de aseo personal, está encorvado o tenso, se mueve o golpea la cola y tiene las orejas giradas o aplanadas.

Si decides entrenar a tu gato, recuerda que cada sesión no debe durar más de unos minutos en total, y que algunos gatos prefieren solo una sesión al día. Completar el entrenamiento podrá tomar muchas sesiones, días o semanas.

La información se compartió en The Conversation.