La cara oculta de la Luna luce sorprendentemente diferente al orbe que estamos acostumbrados a ver en el cielo nocturno. Un equipo de científicos en EE.UU. cree haber descubierto por qué este lado lejano tiene muchos más cráteres. El estudio fue publicado en Science Advances.
El lado de la Luna que da hacia nosotros luce más oscuro en algunos lugares, como resultado de los grandes flujos de lava antiguos, llamados “Mares lunares”. Por otro lado, el lado lejano está cubierto de marcas de cráteres, pero no tiene mares. Esta diferencia tenía desconcertados a los científicos… hasta ahora.
El estudio
Investigadores de la Universidad de Brown analizaron el cráter de impacto más grande de nuestro satélite, conocido como la cuenca del Polo Sur-Aitken (o SPA). Este tiene unos 2.600 kilómetros de ancho y 8 kilómetros de profundidad, y fue formado por un objeto espacial masivo que se estrelló contra la Luna.
De acuerdo con sus hallazgos, el impacto habría creado una enorme columna de calor que se extendió por el interior del satélite. Ese penacho probablemente llevó ciertos materiales al lado oculto de la Luna, alimentando el vulcanismo que creó las llanuras volcánicas.
«Sabemos que los grandes impactos como el que formó SPA generarían mucho calor», señaló Matt Jones, autor principal del estudio. «La pregunta es cómo ese calor afecta la dinámica interior de la Luna. Mostramos que bajo cualquier condición plausible en el momento de la formación de SPA, termina concentrando estos elementos productores de calor en el lado cercano».
El equipo sospecha que el impacto contribuyó al derretimiento del manto que produjo los flujos de lava que vemos en la superficie. Las consecuencias del evento SPA habrían durado cientos de millones de años.
KREEP
Las llanuras volcánicas en el lado cercano de la Luna albergan un grupo de elementos que incluyen potasio, elementos de tierras raras, fósforo, entre otros. Todos estos compuestos son conocidos como Procellarum KREEP terrane (PKT), los cuales son raros en otras partes de la Luna.
Los investigadores realizaron simulaciones por computadora sobre cómo el calor generado por un impacto gigante alteraría los patrones de transferencia de calor en el interior de la Luna. También modelaron cómo eso podría redistribuir el material KREEP en el manto lunar.
Según su modelo, el material KREEP habría montado la ola de calor que emana de la zona de impacto, ya sea que el impacto haya sido un golpe directo o solo haya rozado la Luna. A medida que la columna de calor se extendía por debajo de la corteza lunar, dicho material era entregado finalmente al lado cercano.
«La formación de los PKT es quizá la cuestión abierta más importante en la ciencia lunar», enfatizó Jones. Y el impacto del Polo Sur-Aitken es uno de los eventos más importantes en la historia lunar. El trabajo une esas dos cosas. Los resultados son verdaderamente emocionantes.