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Vulcano, el exoplaneta inspirado en Star Trek, en realidad no existe

Impresión artística del planeta ficticio Vulcano. /NASA/JPL-Caltech

Lo siento Señor Spock. Los astrónomos han confirmado que las señales interpretadas como indicios de un planeta orbitando la estrella 40 Eridani A, también conocida como HD 26965, eran falsos positivos. Este astro es conocido en la famosa franquicia de ciencia ficción como el planeta Vulcano.

La reciente investigación, publicada en The Astronomical Journal, revela que las señales detectadas provienen de la propia estrella, no de un exoplaneta orbitando a su alrededor. 

Este es el cuarto estudio sobre la posible existencia de un Vulcano real y el tercero en concluir la ausencia de un exoplaneta (uno de los estudios anteriores fue inconcluso). Con estos hallazgos, parece que finalmente podemos cerrar este capítulo y seguir adelante.

La inicial “detección”

El descubrimiento inicial del supuesto Vulcano fue anunciado en 2018, nombrando al nuevo exoplaneta como 40 Eridani A b o HD 26965 b. Sin embargo, incluso los propios descubridores dudaban de la veracidad de esta detección. 

La señal potencial del exoplaneta fue detectada mediante la velocidad radial, un método utilizado cuando la trayectoria orbital de un exoplaneta no lo lleva entre nosotros y la estrella.

La velocidad radial es el resultado de la interacción gravitacional entre la estrella y el planeta. En vez de orbitar simplemente la estrella, ambos cuerpos orbitan un centro de gravedad mutuo, causando un pequeño movimiento en la estrella. Este efecto también ocurre con nuestro Sol y se detecta como cambios en la luz estelar.

HD 26965 mostró cambios muy similares a lo que se esperaría por la velocidad radial inducida por un exoplaneta en una órbita de 42 días. Sin embargo, estos cambios también podrían haber sido causados por variaciones en la superficie de la estrella debido a su rotación. 

Dudas 

Los astrónomos que descubrieron la estrella no pudieron determinar su tasa de rotación para descartar esta posibilidad. Si la rotación coincidía con el período orbital, significaría que la señal era inherente a la estrella.

Los estudios posteriores no fueron prometedores. Un estudio de 2021 encontró que la señal era un falso positivo. Un estudio de 2022 fue inconcluso, y otro en 2023 también concluyó que la señal era falsa.

Ahora, un equipo de investigadores liderado por la astrónoma Abigail Burrows del Dartmouth College ha utilizado un nuevo instrumento que mide la velocidad radial con una precisión no disponible en 2018. Estas mediciones revelaron que los cambios en la luz de la estrella, provenientes de diferentes capas de su atmósfera, diferían del cambio en la señal combinada.

Si los cambios hubieran sido resultado de un exoplaneta, la señal debería haber permanecido consistente. El hecho de que no lo hiciera sugiere que las fluctuaciones de la estrella son producto de fenómenos como manchas estelares y convección interna, junto con su período de rotación de 42 días.

Aunque esta noticia puede ser triste para los fanáticos de Star Trek, es un gran avance para la ciencia. El resultado demuestra la eficacia de las nuevas herramientas para revisar detecciones ambiguas y determinar su causa raíz con confianza.

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