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Urano se está enfriando misteriosamente y finalmente sabemos por qué

(Erich Karkoschka/Universidad de Arizona/NASA)

Urano es un planeta único en el Sistema Solar, y su comportamiento sigue sorprendiendo a los científicos. A diferencia del resto, su eje de rotación está inclinado 98 grados, como si estuviera «volcado de lado». Además, gira en dirección opuesta a la mayoría de los planetas, lo que probablemente se deba a una antigua colisión. Pero lo que más intriga es su atmósfera superior, que está experimentando un enfriamiento extraño y único.

La termosfera de Urano, una región a más de 50 000 kilómetros de su superficie, solía tener temperaturas superiores a los 500 °C. Sin embargo, desde que la sonda Voyager 2 pasó por Urano en 1986, los científicos han registrado un descenso continuo en su temperatura, que ahora es la mitad de lo que era. Este cambio no se ha observado en ningún otro planeta, lo que deja a los astrónomos desconcertados.

Para medir la temperatura, los científicos usan los iones H3+ en la ionosfera de Urano. Estos iones emiten luz en el infrarrojo cercano, lo que permite estudiar la termosfera desde telescopios en la Tierra. Aunque inicialmente se pensó que los cambios podrían estar relacionados con las estaciones de Urano o el ciclo solar de 11 años, los datos no encajaban.

Un estudio reciente, publicado en Geophysical Review Letters  y liderado por el Dr. Adam Masters del Imperial College, encontró una posible explicación: el viento solar. Este flujo de partículas cargadas que proviene del Sol parece estar influyendo directamente en la termosfera de Urano. A medida que la presión del viento solar ha disminuido desde 1990, también lo ha hecho la temperatura de la atmósfera superior del planeta. Esto sugiere que, a diferencia de la Tierra, donde la luz del Sol regula la temperatura, en Urano es el viento solar quien manda.

Esta figura de la investigación muestra cómo, a medida que disminuye la presión del viento solar, aumenta el tamaño de la magnetosfera de Urano y su temperatura desciende. Imagen (Masters et al. 2024).

Urano está a unos 3 mil millones de kilómetros del Sol, mucho más lejos que la Tierra. La cantidad de luz solar que llega a su superficie es mínima, lo que explica por qué los fotones no pueden calentar su atmósfera. En cambio, su magnetosfera, que actúa como un escudo, se ha expandido debido a la disminución del viento solar, dificultando que este llegue al planeta. Este cambio en el flujo de energía parece ser responsable del enfriamiento observado.

Este descubrimiento es relevante no solo para entender Urano, sino también para estudiar exoplanetas en otros sistemas estelares. Los investigadores creen que planetas con magnetosferas grandes y lejos de su estrella podrían experimentar un comportamiento similar, con el viento estelar regulando sus atmósferas superiores. Esto podría influir en cómo identificamos mundos habitables y estudiamos sus características.

Una futura misión a Urano, llamada Uranus Orbiter and Probe (UOP), tiene como objetivo resolver estas preguntas y explorar el papel del viento solar en el gigante helado. Mientras tanto, este hallazgo abre nuevas puertas para entender cómo funcionan los planetas en nuestro Sistema Solar y más allá.

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