«No podía creer lo que estaba viendo. Fue horrible y sorprendente al mismo tiempo». Así describe el biólogo Justin Gerlach un comportamiento inusual en una tortuga gigante de Aldabra (Aldabrachelys gigantea).
Las tortugas terrestres se alimentan de hojas, ramas, raíces; es decir, son animales herbívoros. Serían, sin dudas, pésimas depredadoras por su lentitud; sin embargo, científicos han captado en video el primer caso de una tortuga persiguiendo a un polluelo para matarlo y consumirlo.
En el estudio recientemente publicado en Current Biology los investigadores indican que la cacería duró siete minutos en total, incluyendo el momento donde la tortuga persiguió al polluelo por la parte superior de un tronco.
Comportamiento inusual
El suceso fue grabado por la subdirectora de Conservación y Sostenibilidad de la Fundación Fregate Island, Anna Zora, en la isla Frégate en las Seychelles y dura menos de dos minutos, los cuales son suficientes para mostrar el ataque deliberado de la tortuga hacia su víctima, un polluelo de charrán común (Anous tenuirostris) que no podía volar.
«Miraba fijamente al charrán y caminaba con determinación hacia él«, dice Gerlach. «Esto fue muy, muy extraño y totalmente diferente al comportamiento normal de una tortuga».
A pesar de ser bastante inusual, los científicos explican que hay informes anecdóticos de tortugas gigantes de Aldabra aplastando cangrejos con sus caparazones, y de tortugas gigantes de Galápagos aplastando avecillas. También existen reportes de otros animales herbívoros que cambian su dieta para alimentarse de aves o carroña.
«Anteriormente, siempre había sido imposible saber si una tortuga mató directamente al animal, o si solo lo aplastó convenientemente al sentarse encima de él», comenta Gerlach. Ahora, tenemos evidencia del crimen.
Tortugas con experiencia
No podemos llamar crimen al comportamiento animal ni a la lucha por la existencia en la naturaleza. Aunque las imágenes sean desgarradoras, resulta fascinante poder decir con certeza y evidencia que las tortugas cazan animales. No serán las más hábiles cazadoras pero sí las más persistentes.
Se ha confirmado el hecho pero aún es imposible saber con qué frecuencia ocurre este comportamiento carnívoro. Según los investigadores, varios indicios para indicar que esto sería mucho más común de lo que se pensaba, al menos entre la población de tortugas de la isla Frégate.
«El acercamiento directo al polluelo en el registro sugiere que la tortuga tenía la experiencia de poder capturar un polluelo en tal situación«, escriben los autores. No estaba solamente siguiendo su instinto.
«Todo indica que este tipo de interacción no es infrecuente para el individuo. La observación de otras tortugas cazando y consumiendo aves insinúa que el comportamiento ha sido adoptado por varios individuos«.
Muchas preguntas saltan tras esta nueva información. ¿En qué momento cazan las tortugas, cuál es el motivo, será por falta de vegetación? Esperamos que con el tiempo los biólogos puedan responder estas interesantes dudas.