Las cianobacterias son viejas conocidas para la ciencia por su potencial utilidad en la exploración espacial. Sin embargo, una investigación ha demostrado que una toxina particularmente peligrosa producida por ellas puede estar liberándose en el ambiente. Los detalles del estudio fueron publicados en Lake and Reservoir Management.
La toxina, llamada anatoxina-a (ATX) o Factor de Muerte Rápida mata, como dice su nombre, mata seres vivos rápidamente. En caso de estar expuestos, causaría pérdida de coordinación, parálisis o la muerte en humanos y otros animales.
“El ATX es una de las cianotoxinas más peligrosas producidas por las floraciones de algas nocivas”, explica el autor del estudio, James Sutherland del Nantucket Land Council (NLC). “Se están volviendo más predominantes en lagos y estanques de todo el mundo debido al calentamiento global y al cambio climático”, agrega.
Floraciones de algas
El ATX es producido por una variedad de cianobacterias que florecen en agua cálida y rica en nutrientes, y son capaces de alterar el resto del ecosistema. En las floraciones de algas nocivas (FAN), las cianobacterias reducen los niveles de oxígeno del agua y, a veces, producen toxinas como ATX.
Luego de la muerte de la floración, los microbios que descomponen las algas usan aún más oxígeno. Esto puede crear muertes masivas de peces e incluso crear zonas muertas.
Por lo general, cuando las autoridades del agua detectan una floración de algas, se aseguran mantener a los humanos alejados por el peligro. No obstante, algunos animales podrían morir por beber el agua. Y ahora, los investigadores del NLC querían saber si el aire que rodeaba la floración también era peligroso.
La investigación
El equipo investigó Capaum Pond, un estanque de agua dulce en Nantucket, Massachusetts, conocida por sus habituales FAN de verano. Recogieron muestras del área entre julio y octubre de 2019, tanto en el agua como en el aire alrededor del borde del estanque.
Encontraron ATX en altas concentraciones en el cuerpo de agua, y en 24 horas registró hasta 21 nanogramos por mililitro. En ese día de septiembre, asimismo detectaron ATX en el aire alrededor del estanque. Descubrieron una concentración promedio de 0,87 nanogramos por filtro, (0,16 nanogramos por metro cuadrado).
Todavía quedan muchos otros factores a investigar. No se tiene seguro cómo termina la toxina en el aire, y la exposición al aerosol de ATX no se comprende bien.
Los científicos sugieren que quizás el viento ayudó a pequeñas gotas llenas de moléculas de ATX, o incluso las cianobacterias, a transportarse por el aire. Posteriormente la niebla lo haría permanecer en el aire por más tiempo.
Por ahora, mientras entendemos mejor a la ATX y cómo llegan al aire, lo más sabio será tener cuidado de las floraciones de algas. El contacto directo o la inhalación de estas cianotoxinas presentaría riesgos para la salud de las personas.