Investigadores de la Universidad de California en Berkeley han desarrollado un nuevo método para reciclar algunos de los plásticos más contaminantes, como el polipropileno y el polietileno, que son ampliamente utilizados en productos como empaques de alimentos, bolsas y botellas.
Estos plásticos son difíciles de reciclar y su descomposición en vertederos puede tardar décadas, además de generar grandes cantidades de gas metano, un potente gas de efecto invernadero.
Convirtiendo el plástico en gas
El método desarrollado emplea catalizadores que logran romper las complejas cadenas de polímeros de estos materiales, convirtiéndolos en gases como el propileno e isobutileno, que pueden ser reutilizados para fabricar nuevos plásticos.
Este avance se basa en un proceso llamado etenólisis isomerizante, que utiliza un catalizador para descomponer las cadenas de los polímeros, haciéndolas más susceptibles a la reacción química.
Anteriormente, este método utilizaba metales costosos y poco eficaces, pero los investigadores han encontrado una alternativa más económica usando sodio sobre alúmina y óxido de tungsteno sobre sílice.
El proceso implica dos etapas: primero, el sodio sobre alúmina rompe las largas cadenas de carbono, y después, con la ayuda del óxido de tungsteno y etileno, se completan las reacciones para descomponer completamente los enlaces de carbono.
Este método demostró ser efectivo para ambos tipos de plásticos, produciendo propileno a partir del polietileno, y tanto propileno como isobutileno a partir del polipropileno. Los investigadores también probaron la reacción con mezclas de plásticos, como los que comúnmente se encuentran en los centros de reciclaje.
Importancia
A pesar de la presencia de pequeñas cantidades de otros polímeros, como PET y PVC, el proceso aún logró producir cantidades significativas de propileno e isobutileno, aunque con una leve reducción en el rendimiento.
Este descubrimiento podría reducir drásticamente la cantidad de plástico que termina en vertederos y disminuir la dependencia de los combustibles fósiles para la producción de nuevos plásticos.
No obstante, los investigadores advierten que será necesario escalar esta tecnología y mejorar la infraestructura de reciclaje para que el proceso tenga un impacto real en la reducción de residuos plásticos.